Francisco Molinero ha tardado poco en ganarse al vestuario. El defensa toledano, una de las tres incorporaciones realizadas por el Sporting este verano, se ha convertido en cómplice de muchos de los que viven su primera experiencia en la primera plantilla, que a estas alturas son la mayoría. El rojiblanco, que cumplirá 33 años esta misma semana, parece haber asumido con gusto la responsabilidad de intentar compartir con los jóvenes su experiencia, convertido en el más veterano del equipo, por delante de Babin (31) y Canella (30).

Molinero ha entrado con buen pie en un vestuario al que llegó avalado por varios sportinguistas, entre los que se encuentra uno de sus grandes amigos, el exrojiblanco Alberto García, que ya le ofreció una primera impresión del equipo y le acercó a sus nuevos compañeros. Apenas ha necesitado adaptarse, una tarea que les ha costado un poco más a los portugueses André Sousa y Geraldes. En este caso, Canella ha ejercido como el primer apoyo de los lusos, especialmente de André Sousa, que fue el primero en llegar. Geraldes es la sombra de su compatriota, si bien en los entrenamiento es visible su sintonía con el cuerpo técnico, con el que no existe problemas de comunicación pese a que no se maneja con soltura con el castellano. La lista de incorporaciones aumentará, a buen seguro, esta semana.