La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Víctor Hugo Doria | Exjugador del Sporting

"Me duele muchísimo no poder abrazar a Quini"

"Los defensas sólo teníamos que hacer bien nuestro trabajo, del resto se encargaban los de arriba, eran los mejores"

"Me duele muchísimo no poder abrazar a Quini"

Víctor Hugo Doria (Comodoro Rivadavia, Argentina, 1948) fue un defensa aguerrido, luchador y fajador, sin ser agresivo, un jugador que gustaba en El Molinón. Quizás por eso se mantuvo diez años en la disciplina del Sporting. La próxima semana volverá a Gijón para celebrar los 40 años del primer partido internacional del Sporting, contra el Torino, una eliminatoria de la Copa de la UEFA que él no pudo disputar al encontrarse lesionado.

-¿Qué recuerdos guarda de Gijón?

-Fueron los mejores años de mi vida como futbolista y quizás también en el plano personal. Un hijo mío nació en Gijón, mi familia y yo éramos queridos, así lo sentía y así lo siento. Asturias es un lugar maravilloso.

- ¿Cómo llega a Gijón?

-Llegué desde San Lorenzo de Almagro. Tuve la suerte de jugar mucho, casi todo. Había estado en España de gira, habíamos jugado el trofeo Gamper y el Teresa Herrera y de aquella no había muchos traspasos de extranjeros, quizás solo se firmaban oriundos. Recibí la oferta del Sporting como una sorpresa y tal y como me pintaron la historia me convencieron. Acerté de pleno aceptando la oferta del Sporting.

-¿Sabían que estaban marcando una época?

-¡Qué va! Ahora con el tiempo que ha pasado pues sí que te das cuenta de lo que logramos, pero de aquella no lo dimensionábamos. Tuvimos la mala suerte de descender, pero recuperamos la categoría un año después, quedamos subcampeones de España y entramos en Europa, nadie lo podía creer.

-Menudo equipo que formaron.

-Aquel era un vestuario increíble. Churruca, Quini, Valdés, Fanjul, Castro..., un equipo histórico, una plantilla inmensa. Cuando yo estaba había dos argentinos más, Landucci y Lacrampe, y luego ya vinieron Killer, Ferrero y su hermano y el último en llegar, Rezza. Éramos un buen grupo.

- ¿Cómo fue clasificarse para la UEFA?

-Fue muy lindo lograrlo por primera vez. No sabría explicar lo que sentimos, igual hoy sería muy distinto. Entrar en la UEFA es un logro enorme, antes solo entraban dos o tres equipos, ahora hay siete plazas. No le damos mucha importancia a lo que significó todo aquello, ahora que uno ha vivido tanto, va pensando y se da cuenta de que éramos muy buenos.

-¿Cómo fue aquella eliminatoria?

-Tuve la mala suerte de lesionarme y me tocó ver el partido desde la grada. El Torino era un equipo puntero, de los favoritos, y nosotros éramos los debutantes, no se lo esperaban. Tuvimos un inicio trepidante, apostamos por nosotros, por nuestro juego vertical, nos echamos adelante y acertamos.

-¿Qué pensaban al jugar esos partidos?

-Los defensas nos mirábamos, Castro, Redondo, Cundi, "El Colorado" Killer, incluso Ciriaco que siempre nos ayudaba y decíamos: "Si mantenemos la portería a cero ganamos fijo". Sabíamos que iba a haber goles. Era la consigna, atrás serios y arriba, solo había que ver lo que había arriba, Ferrero, Morán, Churruca, Joaquín, Quini?

-¿Qué recuerda de El Molinón?

-Pues que era más pequeño y con la gente de pie. Ha cambiado bastante, al menos por la televisión. Se sigue viendo un gran campo, lleno y eso sí, muy exigente, pero con mucho cariño. Aquella exigencia traspasaba la grada, lo sentíamos y nos debíamos a ellos, a la hinchada. Teníamos que responder y creo que devolvimos el cariño con buenos años. Estoy orgulloso de todos mis compañeros. Viví unos años increíbles.

-¿Sigue en contacto con sus compañeros?

-Tengo relación con mucha gente de Gijón y hemos hecho amistad, no solo hablando de fútbol, también en la vida, en el barrio, hablaba con El Brujo de vez en cuando, en los cumpleaños, en las fiestas y demás. Su pérdida fue un golpe terrible. Nunca hubiera pensado que nos fuera a faltar, hacía tantos años que nos conocíamos, hablé con Enzo Ferrero y estaba destrozado. Ha sido un duro golpe para todos. Me duele muchísimo no poder darle un abrazo.

-¿Le agrada el homenaje que les van a dedicar?

-Tengo un gran respeto por el club, me hicieron un partido homenaje por mis 10 años allí, guardo un cariño inmenso por todo. Gijón y Asturias me han marcado, pasé una década de mi vida. Fueron (se emociona) los mejores años de mi vida, mi hijo Adrián es gijonés y me va a acompañar. Está trabajando en Arabia Saudí y no quiere perderse ese día. Mi otro hijo, Gerardo, se moría por venir, pero no puede. El festejo va a ser emotivo, no me lo puedo imaginar aún.

- ¿Qué le parece el Sporting actual?

-Siempre estoy pendiente de lo que hace. Sé que ganaron la pasada semana, que ahora juegan en Coruña y siempre que puedo veo sus partidos. Luego le viene un calendario complicado porque además tienen un partido de Copa por el medio. ¿Cómo no voy a seguir a un club que ha sido parte de mi vida?

-No pudo quedarse en Gijón.

-Me hubiera gustado, pero no pude. Me volví a Argentina por circunstancias familiares, mi padre enfermó y había que cuidarlo. Justo después de mi homenaje tuve que dejar el fútbol. Luego retomé el fútbol y siempre trabajé en categorías inferiores. Este año he descansado ya tras trabajar los seis últimos en el Defensa y Justicia como coordinador de divisiones inferiores. También en San Lorenzo ocupé el mismo cargo.

-En San Lorenzo también vivió unos buenos años.

-La verdad que no me puedo quejar de mis años como jugador profesional. Hace poco se realizó un festejo por los 50 años de "Los matadores", un equipo que en aquella época salió campeón como conjunto invicto en el fútbol argentino. Debuté con 18 años y ya han pasado más de 50.

-¿Cómo vivirá el homenaje de la próxima semana?

-Va a ser algo inolvidable, hay compañeros que no veo desde que regresé a Argentina. Espero ver también a los entrenadores, a veces no les damos la importancia que tienen. Novoa y Miera fueron dos de los mejores que pasaron por Gijón y yo tuve la suerte de estar bajo sus órdenes. Me duele mucho no poder ver a Quini y también he añorado mucho la figura de su hermano, Jesús, otra grandísima persona.

Compartir el artículo

stats