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Dos tantos y mucha historia sportinguista

Enrique Morán fue el bigoleador rojiblanco en El Molinón la noche contra el Torino, un estreno europeo que nunca soñó

El equipo de la 78-79. MVA / REPRODUCCIÓN DE JUAN PLAZA

"No le veo desde que jugamos en el Sporting. A este tampoco, bueno al Killer yo creo que cuando jugamos en el Betis, pero nunca más. ¿De verdad pasaron ya cuarenta años?" Pues sí, han pasado cuatro décadas desde que el Sporting debutara en Europa. Quien se lo pregunta no es otro que el bigoleador en aquel estreno Enrique Morán. Suyos fueron dos de los tres tantos que el Sporting le endosó al Torino. Sin duda los más recordados de los casi 100 que logró en toda su carrera.

"La gente se acuerda de la noche contra el Torino, pero yo, como jugador, me quedo con una contra la Real Sociedad. Fue un miércoles, marqué tres goles y di otros tres, ganamos 6-2 y salí a hombros. Irrepetible". Cuenta el delantero. "Tengo muchísimas ganas de verlos a todos, pero no puedo mentir, falta el más importante de todos, Quini. Jugamos juntos también en el Barcelona, era el mejor" explica Morán a sus 64 años, "tu llegabas a un campo y le aplaudían todos los aficionados, como a Iniesta hoy. Si pagaron 80 millones por Morata, ¿cuánto hubiera costado el Brujo? Es imposible de saber".

De la eliminatoria ante el Torino guarda un recuerdo que ahora le parece gracioso, "en su momento no me hizo ninguna gracia. Había marcado dos goles en el partido de ida y resulta que a la vuelta ¡me quedo en el banquillo. La prensa italiana no daba crédito". Aquel equipo es recordado como el Eurosporting, "es que jugábamos como los ángeles, siempre nos destacaban como los mejores visitantes", dice Morán. Los éxitos no llegan solos, pero todo es más fácil si los que juegan se conocen a la perfección, "éramos amigos, si perdíamos lo hacíamos juntos, si ganábamos también, éramos casi una familia. Vino Maceda y parecía asturiano, Jiménez, Claudio eran como de aquí, llegaba Ferrero y le hacíamos de la pandilla, uno más, como tiene que ser".

Morán se fue del Sporting con 25 años y habiendo sido titular las anteriores dos temporadas, "yo le dije a Vega Arango que me subiera la ficha, pero me dijo que no. Quini y Ferrero ganaban el triple, yo pedía lo mío, sin más, estaba todo muy apretado, arriesgué yéndome al Betis y me salió bien, luego me fui al Barcelona y estuve un año en el Atlético". Morán también pasó un año en el Talavera, donde "le engañó" el periodista José Ángel de la Casa para que firmara. Al final de su carrera el jugador atesoró dos Copas del Rey y una Recopa, así como un ascenso a Primera con el Sporting y una Supercopa de España y una Copa de la Liga. En el Barcelona coincidió con Maradona, Schuster o Simonsen, pero se queda con Quini. "Tener a Quini era un lujo, le poníamos un balón de cualquier manera, pero lo remataba todo, Ferrero, Joaquín, Uría, su juego nos hacía mejores. Yo aprovechaba el centro, Ferrero entraba como un avión por una banda y Joaquín, igual. Era fácil jugaron con todos ellos", afirma.

El fútbol español ha cambiado mucho. El dinero ha hecho que mejoren las condiciones de los futbolistas, "chupamos mucho autobús", recuerda Enrique Morán. De quien tampoco se olvida es de Miera. Con el cántabro jugó sus mejores partidos con el Sporting y con Kubala vivió lo que es ir con la selección. "Nos llevó a siete, impensable hoy en día que un equipo como el nuestro aporte tantos jugadores, irrepetible". Morán vuelve ahora a Gijón para revivir una época dorada en la que los rojiblancos volaban no solo por los terrenos de juego, sino también por Europa.

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