La calle curtió el fútbol del protagonista del Sporting en Copa del Rey. Pelayo Morilla Cabal (Oviedo, 12-7-2001) comenzó a dar patadas al balón en el Parque de Invierno, donde entre pachanga y pachanga, el padre de uno de sus amigos le buscó un sitio en el Astur para saciar su instinto competitivo. Fue en el conjunto ovetense donde el Sporting le siguió la pista en alevines y Rogelio García logró su incorporación antes de que un grave accidente esquiando le mantuviera durante meses en la cama, tras una evacuación en la que incluso fue necesaria la intervención de un helicóptero. El club gijonés le esperó. La recompensa se vio en Los Pajaritos.

El 2018 está siendo el año de Morilla. El rojiblanco abrió el mes de enero debutando con el Sporting B en la división de bronce, un salto que premió su papel protagonista en el División de Honor juvenil, conjunto que a la postre se haría con el título en la categoría. La llamada para reforzar el filial hizo que, a los 16 años, empezara ya a buscar un sitio entre profesionales. La llamada de la selección sub-17, con partidos como el afrontado ante Italia, añadió recorrido a una progresión que ya le había llevado a ser internacional sub-16. El fútbol ha llevado a que este alumno de las Dominicas se perdiera alguna clase, pero ha aprovechado cada minuto en el campo.

Morilla cerró la campaña ayudando al Sporting B a completar un año histórico, disputando la promoción de ascenso a Segunda, y también siendo uno de los líderes de un juvenil que terminó segundo en la Copa de Campeones. El talento del canterano no pasó desapercibido para Baraja ni para el Barcelona. El Pipo apuntó su nombre en la agenda como recurso para la banda izquierda, mientras que los azulgranas trasladaron al Sporting una propuesta que fue rechazada. El club rojiblanco blindó a Morilla hace un año a través del programa de becas.

El debut con el primer equipo en Liga, ante el Alcorcón, y la gran actuación ante el Numancia en Copa, en su primer partido como titular, confirman las sensaciones de un joven con todo el futuro a sus pies. "Morilla esperó su momento y nos da mucho", señaló Baraja tras el triunfo en Los Pajaritos. El árbitro acabó endulzando, un poco más, la gran actuación de Pelayo, otorgándole, en el acta la autoría de un gol repartido con Grego, defensa rival.