Caras largas. Rostros serios y de decepción. Muchas conversaciones, análisis y preocupación. El día después de la derrota en Pamplona dejó una jornada atípica en Mareo. Hay nerviosismo entre el cuerpo técnico y la plantilla rojiblanca. Las sensaciones no son buenas. La derrota ante Osasuna hizo daño en un vestuario que admite no conocer las causas del bajón que ha sufrido el equipo. A domicilio el Sporting cambia totalmente su imagen. Y en el caso del último partido también en la segunda mitad.

Ayer, en el entrenamiento regenerativo celebrado en Mareo, en el campo número 5, Baraja departió durante un espacio largo con sus ayudantes para entender las causas del cambio vivido por el equipo durante la segunda parte en El Sadar, tras un inicio de partido en el que dejaron algunos atisbos de mejorar. José Ramón Rodríguez, su segundo, llevó la voz cantante en las explicaciones durante gran parte de la charla. Y mientras, los jugadores también tuvieron algunos corrillos para hablar y analizar la situación.

Baraja fue respaldado esta semana por Miguel Torrecilla durante el entrenamiento, ya que el director deportivo siguió una de las sesiones desde uno de los banquillos. Ayer también tuvo el calor de todo su equipo de confianza. Rodeado de su segundo, del preparador físico Manu Poblaciones, del entrenador de porteros Diego Tuero, y del coach Arturo Noval, el técnico rojiblanco vivió el día después de la derrota ante Osasuna.

Los ocho puntos sobre 18 posibles dejan al Sporting en mitad de la clasificación. Preocupan más las sensaciones que las cifras. Porque en realidad el conjunto rojiblanco solo tiene tres puntos menos que el año pasado, pero en esa ocasión era líder de Segunda. Es cierto que con Paco Herrera había buenos resultados, pero también dudas.

En el último partido de Liga el Sporting volvió a mostrarse muy inferior a su rival. El Osasuna ganó la posesión (52,1 a 47,9 por ciento), remató mucho más a portería (4 a 0) e hizo el triple de remates (16 a 5). Incluso llegó a sacar más córners (6 a 2) y ejecutó más pases que los rojiblancos (373 a 359).

La falta de gol de Djurdjevic, que lleva cinco partidos y aún no ha marcado, junto a la ausencia de continuidad en el juego en el centro del campo, o la incapacidad de hacer llegar balones para la zona de peligro, son algunos de los síntomas que el Sporting tiene que corregir en las próximas semanas.

El Sporting recibirá el sábado en El Molinón a Las Palmas. Un equipo que llega en racha, después de tres triunfos seguidos, y de convertirse ayer en el primer equipo de la categoría que gana al Málaga. Un rival que pondrá a prueba el proyecto rojiblanco de esta temporada. Aunque desde el vestuario no existen dudas. "El vestuario está al 100% con el entrenador", resaltó Álex Pérez al acabar el partido de El Sadar.

Igual que la temporada pasada, tras un buen inicio, el Sporting afronta la parte final del primer cuarto de competición con dudas, tensión y preocupación. Porque los rojiblancos quieren evitar descolgarse y tener que remontar como ya sucedió la campaña anterior.