Tarde luto en El Molinón tras los trágicos acontecimientos de las últimas semanas: Navia desgarrada por la pérdida de Roberto Suárez, el asesinato de la golfista Celia Barquín, y la muerte tras una larga enfermedad del padre de Carmona. El "diez" quiso quedarse en Gijón para homenajear a su padre y luego viajar a su funeral en un gesto de implicación con el club. El rojiblanco se vació, se dejó ver por casi todo el campo, repartió cuando hizo falta y sacó un penalti de la nada. Nadie dudó de quién debía lanzarlo. Pero no hubo suerte. Ovación cerrada de la grada para apoyar a uno de sus capitanes. Hasta el más cerril de los aficionados sabe que hay días en los que el fútbol ni siquiera es la cosa más importante de las menos importantes. Al "diez" aún le quedan muchas tardes de fútbol y goles que marcar para dedicar mirando hacia el cielo.