El Molinón ha dicho basta. La pitada a los jugadores, entrenador e incluso dirigentes del Real Sporting fue sonora en los compases finales del partido de esta tarde contra el Reus. El equipo rojiblanco estuvo a punto de perder el encuentro, pero Carmona salvó un punto en los minutos de descuento al transformar un penalti, cuando gran parte del estadio ya se había ido del campo con un rebote considerable y tras escuchar pitos y cánticos contra Baraja y el palco.

Y el gol de Carmona tampoco calmó los ánimos. Al término del encuentro, los jugadores se acercaron al centro del campo para saludar al público. Pero lo hicieron entre pitos y no aplausos. Previamente, y, sobre todo, tras el gol del Reus, se escucharon cánticos como "Baraja vete ya" o "directiva dimisión". El malestar de la hinchada rojiblanca, creciente en las últimas semanas, se manifestó hoy de forma muy ruidosa.