Siete días para conseguir resultados, calmar los ánimos y vencer con fútbol a la ansiedad. Rubén Baraja tiene una semana para arreglar la situación de un Sporting que jugará fuera sus próximos dos compromisos y disfrutará, entre medias, de una pequeña concentración en Jerez para encontrar soluciones. El entrenador rojiblanco se juega su futuro en el duelo del jueves, ante el Rayo Majadahonda, en Copa del Rey, y en el del domingo, ante el Cádiz, en Liga. Dos nuevos tropiezos dificultarían su continuidad ante su gran valedor, Miguel Torrecilla, quien siguió en El Molinón el empate ante el Reus. El mismo partido en el que la afición mostró su hartazgo con el equipo y pidió la dimisión del entrenador y del consejo de administración.

El agónico punto sumado ante el Reus, con empate en el tiempo de descuento desde el punto de penalti, ha dejado muy tocado a Rubén Baraja. El técnico terminó señalado por el público de El Molinón ante la falta de juego y de resultados que inviten a mantener la calma reclamada por el entrenador. La crispación que rodea al equipo se comprobó en el municipal gijonés e incluso en sus aledaños, con pancartas solicitando su salida. El público no sólo empieza a dar la espalda al banquillo. Los cánticos hacia el palco reparten responsabilidades sobre un proyecto que comenzó acariciando récord de abonados y que, paulatinamente, ha ido perdiendo adeptos.

El Pipo prometió trabajo tras contestar a las críticas del público haciendo hincapié en que "no se puede vivir con esta ansiedad permanente". El tiempo, sin embargo, empieza ya a jugar en contra de un equipo que continúa sin resolver sus problemas como visitante, hasta el punto de convertir su feudo, donde continúa invicto, en territorio hostil. El Sporting sólo ha sido capaz de sumar un punto en sus cuatro salidas y lleva seis meses sin vencer como visitante. Números que pesan como una losa. El Molinón, sin embargo, siempre ha ejercido como sostén del equipo de Baraja, donde ha sumado en 16 de sus 17 partidos de Liga, siendo 14 de ellos en forma de victoria. Es por eso que toma relevancia el enfado del sportinguismo, precisamente, en casa. El siguiente en visitar Gijón será el Córdoba de Sandoval, colista de la categoría.

La situación clasificatoria de los rojiblancos no es alarmante respecto a la distancia abierta con la zona de promoción, aunque sí empieza a perder el ritmo respecto a la cabeza. El Dépor, segundo en la tabla, le saca seis puntos, mientras que el líder, un intratable Málaga, suma diez puntos más. Las sensaciones empeoran los números.

La primera oportunidad será ante el último verdugo. El Rayo Majadahonda es el mismo equipo que desnudó los problemas del equipo hace una semana, aunque el partido, esta vez, estará rodeado de intereses distintos. Tras la visita al Wanda Metropolitano el Sporting no retornará a Asturias. Los rojiblancos tomarán rumbo a Jerez de la Frontera, donde se concentrarán hasta el domingo. El mismo día en el que tocará medirse a un Cádiz herido, antepenúltimo, y con las mismas urgencias de ganar que el cuestionado Rubén Baraja.