Fenomenal partido del Sporting de Gijón B en el complicado campo de Estella, donde los de José Alberto López salvaron los problemas de superficie y dimensiones con un juego sólido en defensa y medular, velocidad en las llegadas, buenas transiciones y dos dianas oportunas que prolongan la buena línea de juego, cambiando además los últimos empates por un convincente triunfo. Los goles de Gorka Santamaría y José Gragera, clave este cero a dos, casi en el primer minuto de la reanudación, sellaron una victoria que deja al filial rojiblanco con once puntos y en zonas desahogadas. El 3-5-2 del míster gijonés desarboló a un Izarra lejos de sus mejores tardes.

Salieron muy bien plantados los de Mareo, reforzando José Alberto la parcela ancha con un trivote formado por Ramón, Pedro Díaz y Gragera, con lo que el filial gijonés se hizo con el dominio del partido, muy bien asentados los visitantes. Nada más comenzar, tres minutos y medio, Pablo Fernández se plantaba en solitario ante Iricíbar, pero su remate cruzado se perdía fuera.

Gorka obligaba a la intervención del meta estellés antes del minuto ocho, con respuesta local en una jugada protestada pues se pidió penalti sobre Chema Moreno. El encuentro estaba bonito, con idas y venidas.

Pero después de una gran ocasión de gol para los locales, testarazo de Gorka Laborda con respuesta acertada del cancerbero Javi Benítez, lo que llegó fue el cero a uno. Sobre la barrera de la media hora de juego, córner a favor del Sporting B, pelota que queda suelta en las inmediaciones de la línea de gol y Gorka Santamaría, el más pillo y el más veloz, caza el remate. A los 37 minutos, y en plena reacción estellesa, oportunidad clara en un testarazo de Sagüés que se perdía muy cerca del travesaño astur.

Y la segunda mitad que no pudo comenzar mejor para los intereses rojiblancos, ya que un trallazo de Gragera desde el borde del área se convertía en el segundo tanto astur, un jarro de agua helada para los de Rodrigo Hernando. De hecho, una entrada de Ramón por banda la acababa despejando Casado cuando Gorka se disponía a remachar. Tras un susto local, el propio Gorka Santamaría tenía el 0-3 en sus botas, sólo frustrado por un paradón espectacular del guardameta izarrista.El Sporting B estaba mucho mejor con balón que sin él.

De hecho, los locales fueron cayendo presa de los nervios y las prisas buscando el 1-2 a la desesperada, abusando de los balones largos y crando pocos problemas a la zaga de los de José Alberto. El Sporting B, más tranquilo, germinó algunos contragolpes que no llegaron a cuajar, pero tampoco hizo excesiva falta ya que con el cero a dos, y esa sensación de control absoluto por parte de los chicos de Mareo, se llegaba al final del encuentro.