Tenía mucho más que perder que ganar, porque un tropiezo en el Wanda le hubiera dejado en una situación delicada, prácticamente sin margen de error en el Ramón de Carranza. Es cierto que si los rojiblancos caen en Cádiz este domingo, acompañados de una mala imagen, el ciclo del Pipo en Gijón puede tocar a su fin. Pero ayer Baraja salvó su primera bola de partido. Ayer, en el Wanda Metropolitano, el técnico estuvo charlando de forma distendida sobre el terreno de juego con el presidente Javier Fernández y el vicepresidente Javier Martínez. Ambos viajaron a Madrid para respaldarle. El primer examen Baraja lo aprobó con los suplentes, el domingo la prueba será para los habituales.