El Sporting merced a un 2-0 ante el Eibar más que merecido, logra encauzar a su favor la eliminatoria de dieciseisavos de final de la Copa del Rey. Habrá que esperar sin embargo algo más de un mes para rematar la faena. No será fácil, pero de momento que le quiten lo ‘bailao’ a una afición, que en un Día de Difuntos, asistió a la resurrección de un equipo que en liga parecía deambular como un zombie.

Claro que en el once titular que presentó Baraja ante los armeros, y como estaba más que anunciado, la mayoría de los jugadores eran de los considerados suplentes. Y a la vista del resultado obtenido, ese podría ser otro buen titular: en esta plantilla no hay titulares (valga la redundancia); o si se prefiere, hay suplentes que podrían perfectamente dejar de serlo.

Por resucitar, resucitaron de cara al gol hasta los delanteros del Sporting. Cierto que Neftalí ya se había estrenado en Copa, pero faltaba Djurdjevic por hacerlo. El serbio no dudó en reivindicarse tras su primer tanto con la elástica rojiblanca, señalando ostensiblemente su número y nombre a la espalda. Como si la afición no le hubiese tomado suficientemente la matrícula durante el tiempo que lleva en Gijón. Hay que entender no obstante la rabia del jugador y esperar que el de Copa no haya sido sino el primero de muchos y más importantes goles.

Antes de ese minuto 54 en el que Djurdjevic puso en ventaja al Sporting, el equipo ya había gozado de varias ocasiones para haberse adelantado, después de una primera parte donde acabó dominando casi a placer, con un Eibar al que quizás las dos lesiones sufridas antes de que transcurriese la primera media hora de juego, le llevaron a pecar de conformista, a la espera de acertar en alguna jugada a balón parado o de contraataque.

A pesar de esta contrariedad, Mendilíbar no varió su plan inicial según confesó en rueda de prensa (donde se mostró muy enfadado con los suyos) y decidió agotar sus cambios con un tercero durante el descanso, que según sus palabras estaba acordado. Y el Sporting no hizo sino agradecer y aprovechar la ventaja que se le ofrecía.

Ni siquiera tras el gol encajado tuvo el equipo eibarrés capacidad de reacción. De este modo Dani Martín pasaba completamente inadvertido y sólo en el minuto 75 tuvo que detener un disparo desde fuera del área y que atajó mansamente.

El Sporting era dueño y señor del centro del campo, con un Hernán que con Cristian como fiel escudero, se impuso en todas las batallas en las que intervino. Entre ambos amargaron el retorno a El Molinón Enrique Castro ‘Quini’ de Sergio Álvarez, quien no obstante fue de los pocos jugadores visitantes que dieron la talla que supuestamente corresponde a un equipo de Primera División.

El primer cambio de Baraja llegó por su parte en el minuto 68, cuando Nacho Méndez entró para sustituir a Pablo Pérez, sin duda otro de los grandes destacados del encuentro. Así lo reconoció el público que lo despidió con una gran ovación, al tiempo que el canterano dejaba su brazalete de capitán a Juan Rodríguez.

Apenas cinco minutos después fue Nefatlí quien relevó a Djurjevic, quien igualmente recibió el reconocimiento de la grada tras su estreno como goleador. Y ya rozando el minuto 80 Baraja introdujo a Alvaro Jiménez por Isma Cerro. El interior cordobés jugó así en esta ocasión por banda izquierda, posición que no había ocupado hasta la fecha en liga.

Y fue precisamente él, quien en el minuto 86 y cuando muchos daban ya por bueno el 1-0, inició un arranque por ese costado del ataque sportinguista, sirviendo el balón para que Nacho Méndez lo dejase a placer a Neftalí, quien tras un control un tanto dubitativo, consiguió con todo rematar al fondo la red. Un gol por tanto obra de los tres jugadores que habían entrado desde el banquillo. El sueño de cualquier entrenador.

Es indudable que el buen resultado logrado sirve para dar un respiro a Baraja y a todo el equipo. Veremos de cara al partido del próximo domingo ante el Almería si el entrenador vallisoletano toma de verdad nota de lo visto ante el Eibar. Y es que hay jugadores que no han dudado en dar un paso adelante y a los que sería bueno darles continuidad. Se lo han ganado.

Post Scriptum: afirmó Baraja en la previa al partido de Copa que “con resultados se ve todo de manera muy distinta”. No parecieron al menos por el momento de su misma opinión, aquellos aficionados que desde las gradas y a pesar de la victoria, no dudaron en seguir expresando su desaprobación contra el Consejo.