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El Bisturí

El Sporting mejora pero no le da para volver a ganar, y ya van...

Los rojiblancos ofrecen su mejor cara fuera de casa en todo el año, pero acaban diluyéndose y perdiendo

Djurdjevic presiona al almeriense Saveljilch.

La de ayer es una de esas tarde-noche de fútbol de la que la expedición del Sporting bien podría haber regresado de Almería mascullando con rabia aquello de "jugamos como nunca, perdimos como siempre". El "como nunca" mejor sería dejarlo para sólo una decena de minutos. Cierto es que, al margen del gol, el Sporting ofreció en la primera mitad su mejor versión como visitante en lo que va de año. Pero fue más un efecto aspirina efervescente que algo consistente que invite a recuperar el optimismo. Y es que con el paso del tiempo el Sporting, como la citada aspirina, se fue deshaciendo hasta quedar en poco más que unas burbujas inocentes. La revolución que aplicó Baraja para buscar una alegría en forma de victoria -ya van cinco jornadas consecutivas sin ganar- se quedó en un "putsch" fallido. La mejora no fue suficiente para, al menos, arrancar un punto. Aunque hay que reconocer que el arbitraje no acompañó: los rojiblancos se quejan del penalti que supuso el 1-1 y del gol anulado a Cristian Salvador, que hubiera sido el 1-2. Con el videoarbitraje (VAR) es probable que el panorama hubiera cambiado, y mucho. Pero esto es Segunda y Tebas ya decidió en su momento que lo de la tecnología arbitral para los menos ricos llegará la próxima temporada. Pero lo de los trencillas no puede servir de excusa. Tampoco que la suerte sea esquiva al Sporting, como en esa falta botada con mucha intención por Carmona, ayer de regreso a la banda derecha, que escupió el palo. Para el optimismo queda el partido de Cristian Salvador y Pablo Pérez, ¡oh casualidad!, con genética de la casa. Sí, el Sporting mejora, pero no le da para volver a ganar. Y ya van...

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