La cola para las entradas del derbi alcanzó la puerta 13 el fondo sur de El Molinón en la apertura de taquillas. Decenas de aficionados hicieron espera en el municipal gijonés para hacerse con una de las 1.200 localidades disponibles. El primero, José Antonio Barroso, "Pintoria", estuvo más de 18 horas de espera.

"El año pasado se sortearon las entradas y no pude ir. Ahora no me lo quiero perder", contesta este camionero jubilado, con intencionada jocosidad hacia el nombre del campo del Oviedo, en el que estuvo en su etapa laboral "llevando material, pero nunca desde el plano futbolístico". "Pintoria", que ya fue el primero de la cola la pasada temporada para la visita a Zorrilla, tanto en Liga como en la promoción de ascenso, ve clara la victoria rojiblanca. "Ganamos seguro. Y luego hay que echar a Baraja", afirma con un bocadillo de jamón en la mano. Es su cena.

"Va a estar complicado, ¡eh!", confiesa Christian Chacón, gijonés de 29 años, el tercero haciendo cola y el dueño del parchís con el que matan el tiempo. "Hay que ganar, y si es con robo arbitral, mejor", comenta, a unos metros, Arturo Campillo, gijonés que trabaja como barrendero en Oviedo. "Llevo ya varios días de piquilla con los compañeros", confiesa ante la sonrisa de Bárbara Polo, amiga y acompañante "hasta que abra la taquilla".

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Los primeros socios del Sporting, en busca de entradas para el derbi