Al Sporting le sobran los motivos, como dice la canción de Joaquín Sabina. José Alberto López los conoce mejor que nadie. Ha vivido a la sombra de lo que se cuece en el primer equipo durante las últimas dos temporadas y media. Observando, aprendiendo, trabajando para, algún día, trasladar a ese escenario todo lo experimentado por el camino. Sabe de sobra lo que quiere la afición; conoce perfectamente las debilidades y fortalezas de los diez fichajes; ha empujado al primer equipo a los seis jugadores del filial que piden oportunidades tras dar el salto al pasado verano y ya ensaya la forma de conseguir la primera victoria de la temporada lejos de El Molinón. Será este viernes, en Granada.
El déficit a domicilio. El Sporting lleva sin ganar como visitante desde el 15 de abril, la fecha en la que firmó en Valladolid su último triunfo lejos de El Molinón. Un detalle que ha sido uno de los principales lastres de Baraja. A José Alberto le ha tocado estrenarse en el Nuevo Los Cármenes, la casa de un Granada que marcha tercero y que, además, está invicto en su feudo, donde suma cinco triunfos y dos empates. El nuevo técnico rojiblanco es consciente de que ser capaz de romper con esa dinámica a las primeras de cambio se convertiría en un estímulo clave.
Cristian Salvador, el eje. No se casa ni con fichajes ni con canteranos, pero tiene una tremenda fe en los jugadores que estuvieron el año pasado con él en el filial y con los que ahora se reencontrará en el primer equipo rojiblanco. Cristian Salvador, el primero. El mediocentro zamorano ha sido uno de los ejes sobre el que se apoyó el ascenso del filial a Segunda B y el segundo puesto firmado el pasado mes de junio en la categoría de bronce. Ente ellos hay una complicidad especial. Su extensión en el campo. No podrá contar con él en Granada, por sanción. Los primeros ensayos colocan a Hernán Santana en su puesto. José Alberto sabe de la demanda de la afición para que la cantera cuente con más protagonismo. No lo regalará, pero sabe que en ellos encontrará respuesta segura.
Djurdjevic, recuperable. Las diez incorporaciones realizadas este verano para el Sporting han acabado señaladas, en gran parte, como una de las causas del bajo rendimiento del equipo en este primer tercio de Liga. José Alberto afronta el reto de recuperar o sacar a flote la mejor versión de todos, o buena parte de ellos. El ovetense, en un principio, confía en poder exprimir el juego en el área de Djurdjevic, que todavía no ha marcado en Liga. Renovar los movimientos y fijar mecanismos ofensivos es el camino.
Dos dibujos, un objetivo. José Alberto ha empezado a trabajar con un 4-1-4-1, uno de los dos dibujos tácticos más utilizados por el ovetense durante su etapa en el filial. El otro tiene una pequeña modificación en el centro del campo, intercambiando la figura del pivote defensivo por la de media punta. Su apuesta tiene tendencia a un fútbol vertical, veloz, incisivo, intenso... Muy del gusto del aficionado del Sporting, muy similar al que llevó al último éxito deportivo, el liderado por Abelardo en el banquillo. A todo esto hay que sumarle el cuidado por el detalle. Hay una anécdota que resume su obsesión por el fútbol. Cuentan que mientras cenaba con su mujer en un restaurante, en la televisión se retransmitía un partido de Primera División. José Alberto, sin decir nada a su pareja, memorizó los movimientos de los jugadores a balón parado para luego, al día siguiente, ponerlo en práctica con su equipo. Así vive este deporte el nuevo entrenador del Sporting.
El preferido de la grada. El Molinón coreó su nombre durante el partido ante el Málaga y volvió a repetirlo en la visita al Tartiere. José Alberto tiene a la afición de su parte. Se lo ha ganado y es un aval importante en una situación delicada. Fue recibido entre aplausos en su primer entrenamiento en Mareo. A poco que le acompañen los resultados, el efecto para la reacción puede verse multiplicado.
