"Hemos dado un paso importante. Nos hemos quitado un peso de encima". Diego Mariño califica así la sensación del vestuario tras obtener, en Granada, la primera victoria de la temporada lejos de El Molinón. Un triunfo que el meta rojiblanco cree que ha permitido que "todo el mundo se diera cuenta de que somos capaces de jugar mejor, de hacer mejor las cosas". Mucha culpa de ello la tiene el nuevo entrenador, José Alberto López, cuya llegada es avalada por el vigués. "Nos ha sentado bien el cambio y la nueva idea de juego. Hay que refrendarlo ante el Tenerife", subraya el rojiblanco.

"La semana se nos está haciendo larga. Todos tenemos ganas de jugar ya en El Molinón y volver a enganchar a la gente. Se ve que la afición está un poquito más ilusionada", comenta Diego Mariño sobre esta nueva etapa abierta con la presencia de José Alberto al frente del Sporting. El portero del conjunto rojiblanco cree que es importante ahora dar continuidad a juego y actitud para que la reacción vista en el Nuevo Los Cármenes no sea flor de un día. "Lo que quiere la afición es una buena imagen: lucha, entrega y por supuesto, ganar. Hay que dar motivos para que crean en nosotros", sentencia sobre la oportunidad de recuperar la comunión con la grada.

"Queda mucho tiempo. Es pronto para hacer valoraciones y marcarse objetivos", avisa el gallego sobre la posibilidad de volver a creer en reengancharse con la zona alta. "El año pasado, en diciembre o enero, creo que estábamos a 8 de la promoción y a 16 puntos del ascenso directo y llegamos a ponernos líderes a un mes del final. Esto es muy largo", desliza sin querer caer en la euforia.

Por otra parte, los lesionados Canella y Noblejas se dejaron ver sobre el césped, aunque su baja se alargará al menos un par de semanas más. Cordero, tras sufrir una afección viral, trabajó en el gimnasio, mientras que Álvaro Jiménez hizo trabajo de descarga. Berto Espeso y Ramón trabajaron con el primer equipo, junto a los habituales Neftali y Pedro Díaz.