Debutaba José Alberto como entrenador del primer equipo en El Molinón Enrique Castro ‘Quini’, y lo cierto es que hasta el minuto 56 de partido, cuando el entrenador asturiano optó por dar entrada a Blackman y Cristian Salvador, en sustitución de Carmona y Cofie, el equipo no distó mucho del que se había visto en las últimas citas a la ribera del río Piles. La ausencia de Nacho Méndez quizás tuvo bastante que ver en ello. Y ya veremos si los dos cambios introducidos no pasan a ser titulares en próximos compromisos.

Sí: cierto que en los graderíos la afluencia era mayor, acorde a la expectación que despertaba el nuevo entrenador, sobremanera tras su debut triunfante en Granada; y que los jugadores mostraban un plus de agresividad del que parecían carecer con el anterior ‘míster’. Pero si nos atenemos objetivamente al once inicial y a las ocasiones creadas durante los primeros 45 minutos, la realidad es que el Sporting que se vio ante el Tenerife en el primer tiempo, apenas hubiera podido distinguirse del que llevó a la exasperación a buena parte de la afición sportinguista.

Y sin embargo todo cambió con ese doble cambio señalado, cuando no habían transcurrido siquiera diez minutos del segundo tiempo. Y es que hasta en el mismo fútbol donde las estadísticas están para romperse (como demostró José Alberto en su primer partido), en ocasiones también sirven las matemáticas para corroborar que dos es casi siempre mejor que uno, si de lo que hablamos es de delanteros.

Así lo demostraron la pareja formada por Blackman y Djurdjevic, en cuanto José Alberto les dio la bendición como ‘dupla de hecho’. No obstante, antes de que el jugador británico, casi recién ingresado al césped, avisara con un disparo que se fue rozando el poste de la portería del hasta entonces inédito guardameta tinerfeño, los canarios vieron por su parte cómo se les anulaba un tanto por fuera de juego, en su primera aproximación con peligro a la portería defendida por Mariño.

Pero fue Babin quien sin tiempo para que la parroquia local se recobrara del susto, engatillase a la red un balón suelto que había quedado dentro del área, tras un saque de esquina. Se ponía así el partido de cara en favor del equipo que hasta entonces más lo había intentado, si bien es cierto que sin demasiado acierto ni peligro.

Y por esas cosas que tiene el fútbol, en el minuto 66, tan solo cuatro después de que el central martiniqués marcase su segundo gol con la camiseta rojiblanca, llegó lo que todo el mundo llevaba esperando desde la primera jornada de liga: la primera ‘diana’ del fichaje más caro en la historia reciente, pasada y ya veremos si futura del Real Sporting de Gijón (SAD para desgracia de no pocos nostálgicos de lo que un día fue un club respetado y querido allá donde fuese). ¡Y qué ‘diana’, oiga!: un golazo de los que otrora hubiese servido para poblar de pañuelos las mismas gradas del estadio, que en la actualidad gusta de iluminarse en el minuto 26 con las luces de los teléfonos móviles. El motivo excusa repetirlo.

Se ha hecho esperar y vaya si se ha hecho espera el primer gol de Uros Djurdjevic en liga. Pero ahora no queda sino aferrarse a sus propias palabras en entrevista concedida a LA NUEVA ESPAÑA esta misma semana. Y que éste no sea así sino el primero de una larga lista de tantos con la elástica sportinguista. Seguro que nadie le pedirá al serbio que todos sean del mismo nivel que el marcado en la tarde noche de este sábado y que con toda probabilidad será el gol de la jornada.

Con 2-0 a favor y con menos de media hora por delante, el público presente se las prometía muy felices, pero el Tenerife se encargó de ponerle algo de picante al encuentro, recortando distancias en el 72. Pero ahí estuvo Mariño, fiel a su cita como ángel de la guarda, salvando del empate a su equipo con un paradón en la última jugada del partido. Nada que los corazones rojiblancos no estén acostumbrados a sufrir. Pero una cosa es darle emociones fuertes y otra muy distinta darle un disgusto a una afición que con José Alberto al frente ha recobrado la ilusión. Dos de dos de momento y a seguir sumando.

Y es que mirando la clasificación, esta victoria no ha servido para recortar distancias con los puestos de playoff (siguen a seis puntos), pero al menos sí que ha contribuido a poner algo de tierra de por medio con los de abajo. Con esa relativa tranquilidad seguro que será más fácil intentar sacar lo mejor de este plantel confeccionado a gusto de quien sigue siendo director deportivo del club.

Ahora, por más que la liga sea la única prioridad, toca pensar este próximo jueves en el compromiso copero ante el Eibar en Ipurúa. Se llega a la cita con un resultado favorable en la ida y que sería una lástima por ello desperdiciar. Tiene además José Alberto ante sí la posibilidad de dar minutos a jugadores con los que muy probablemente tiene previsto contar en lo que resta de campeonato liguero.

Teniendo en cuenta el poquísimo tiempo que dispondrá después para preparar el próximo partido de liga ante el Elche (domingo, a las 16:00), nada mejor que llegar a éste con el ‘subidón’ anímico que supondría el ver por fin al Real Sporting de nuevo en unos octavos de final de la Copa del Rey. ¿Quién dijo miedo?

Post Scriptum: durante toda la semana ha sido noticia el enésimo culebrón a cerca del futuro del ex jugador del Real Sporting, David Villa. Algún día debería para quien los desconozca, explicarse claramente los motivos por los que algunas utopías nunca han dejado de ser tales.