Suma y sigue. El Sporting da profundidad al "efecto José Alberto" con una victoria ante el Mallorca que le permite situarse a 4 puntos de la promoción tras una racha abierta con su nuevo entrenador, que suma 10 puntos de 12 posibles. Los rojiblancos, con dos delanteros de inicio por primera vez esta temporada, llevaron el control del partido y decidieron el encuentro a través del último delantero que quedaba inédito: Blackman. El inglés hizo justicia en un choque en el que los baleares sólo inquietaron en los últimos diez minutos.

José Alberto rentabilizó el riesgo de entrar al partido con dos delanteros. Y se habla de riesgo porque la dinámica que había llevado el Sporting en los últimos meses hacía pensar que afrontar cualquier partido con dos delanteros era algo descabellado. El nuevo entrenador rojiblanco ha conseguido, además de resultados, cambiar esa mentalidad para recuperar la sensación de tener el control del encuentro durante muchos más minutos que el rival. Sucedió ante el Mallorca. Es por ello que el gran pero que se le puede poner al Sporting es no haber matado antes un duelo en el que ganó presencia con balón y tuvo más profundidad respecto a versiones anteriores.

El Sporting ganó en equilibrio gracias a tener un gran protagonista en cada línea, superando a un Mallorca que llegó a El Molinón en una dinámica que le ha llevado a pelear por posiciones de ascenso. Al siempre seguro Mariño le acompañaron un Babin en el papel de líder; un Cristian Salvador convertido en motor del juego y un Djurdjevic móvil y peleón que hubiera podido tener el premio del gol de no ser por la inoportuna aparición de Álvaro Jiménez, tan sediento de protagonismo como el serbio. La imagen de ver al Sporting con tres futbolistas en área rival en tiempo de descuento, como bien reseñó José Alberto tras el partido, ya es un claro indicativo del giro dado por los rojiblancos.

Los brotes verdes mostrados invitan a mirar hacia arriba, pero obligan también a sacar mayor rendimiento de los buenos momentos para no lamentar que se escapen puntos como sucedió en Elche. Esa ambición, subrayada por José Alberto, también cala en jugadores y aficionados. El Molinón volvió a echar un cable en el tramo final para evitar que el buen trabajo de 80 minutos no se fuera al traste en los últimos 10. Tocó sufrir. Crecer en pegada dará tranquilidad.

El Sporting salió al ataque. Djurdjevic y Blackman compartieron delantera desde el inicio por primera vez esta temporada. Tampoco los rojiblancos habían apostado nunca esta campaña por dos puntas desde el comienzo. La entrada del inglés y la de Lod, en banda izquierda, se convirtieron en las dos novedades de un once del que se cayeron Traver y André Sousa respecto al empate en Elche. Las consecuencias arrastraron a la grada a Cofie, Canella, Juan Rodríguez y Hernán Santana. La valentía de José Alberto en el planteamiento tuvo continuidad en el juego.

Tres minutos necesitó el Sporting para fabricar la primera ocasión. Cordero buscó en largo a Lod, quien tras un majestuoso control miró al área para encontrar a Blackman. El inglés cruzó demasiado con la izquierda. El acercamiento dio alas a los rojiblancos, dominadores de una primera parte en la que menearon el balón de lado a lado para robarle espacios a un ordenado Mallorca. Un disparo de Lod desde la frontal, muy centrado, y un gran pase en el área de Djurdjevic a Carmona, cuyo centro tocó en el portero y fue sacado en línea de gol por Raíllo, daban prueba de que los gijoneses estaban más cerca del gol que su rival.

El Sporting acarició una vez más la oportunidad de ponerse por delante antes del tiempo de descanso. Fue en un saque de falta desde la izquierda botado por Carmona que Nacho Méndez dejó pasar y, tras tocar en un jugador del Mallorca, se envenenó terminando desviado entre Reina y el palo. Los baleares, que a los veinte minutos parecían despertar apoyados en el oficio de Salva Sevilla, se fueron a vestuarios sin apurar a Mariño, controlados por un conjunto gijonés que tuvo a Cristian Salvador como motor para iniciar y también para restar, ayudado por un Babin imperial.

La segunda parte comenzó con trabajo para el meta rojiblanco. Gámez le ganó la espalda a Lod y se plantó, escorado, ante el vigués, que repelió el disparo. El aviso hizo reaccionar al banquillo con otro cambio antes de los diez primeros minutos de la reanudación. Traver sustituyó a un desaparecido Lod y el Sporting volvió a tirarse a arriba para decidir el partido. El gol llegó con cierta fortuna. Djurdjevic se dejó atrás un centro de Carmona, pero perseveró hasta robar a Sastre en plena área y centrar a Blackman. El envío, tocado por Gámez, acabó rebotando en el inglés, convirtiendo así su primer tanto en Gijón. El gol decidió el partido. Blackman pudo aumentar su cuenta de no ser por el árbitro. Un gran centro de Cordero desde la izquierda lo peinó Carmona al centro dejando al británico solo para empujar. El línea y Moreno Aragón fueron los únicos en ver el fuera de juego.

El paso de los minutos fue apagando a un Sporting agotado y con cierto miedo a perder lo ganado. El Mallorca aprovechó los cinco minutos de prolongación para meterse en campo rival y amenazar el triunfo. Con los baleares volcados, Mariño volvió a aparecer para detener un disparo de Lago Junior antes de que los rojiblancos volvieran a quedarse a las puertas de hacer el segundo. Traver protagonizó un veloz contragolpe hasta pisar área y disparar para la estirada de Reina, que dejó muerto el balón para que Djurdjevic fusilara. El serbio acabó rematando la cintura de Álvaro Jiménez, que se sumó al ansia de marcar estorbando a su compañero. No hubo que lamentarlo. El efecto José Alberto tiene un largo regusto.