El Sporting volverá mañana a un campo que visitó por primera vez en noviembre de 1991. Entonces, los rojiblancos, entrenados por Ciriaco Cano, jugaban en Europa y se enfrentaban a un Albacete que se estrenaba en Primera División de la mano de un gijonés, Benito Floro, el ingeniero del denominado "Queso mecánico". Los gijoneses se llevaron el triunfo guiados por un Joaquín imperial. El capitán llevó el peso del juego y marcó el ritmo de un partido en el que además fue el autor de los dos goles. Fue su último doblete como rojiblanco, ya que esa misma temporada colgó las botas tras más de seiscientos partidos oficiales con el Sporting.
"El mejor de su equipo. Goleador, organizador, sabio y decisivo en la suerte del partido. Un partido completo, digno de ser imitado por los jóvenes de Mareo", recoge Ramón Pardo, enviado especial de LA NUEVA ESPAÑA, sobre Joaquín, en el análisis individual de la crónica del primer partido del Sporting en Albacete. Un choque que se decidió en la segunda parte, en dos acciones en las que el capitán de los rojiblancos dio muestra de su calidad, también, como rematador. Primero, al aprovechar un balón que robó Luhovy en el centro del campo y que terminó en un centro rematado por Joaquín con una extraordinaria volea inalcanzable para Conejo, legendario meta de los manchegos. Corría el minuto 52. En el minuto 60 llegó el segundo, con un centro de Luhovy al segundo palo que volvió a encontrar el acertado remate de Joaquín.
La alineación del Sporting refleja el potencial de un equipo que, tras aquella visita a Albacete, tenía que visitar al Steaua, en Bucarest. El once elegido por Ciriaco Cano para saltar al Carlos Belmonte fue el formado por Emilio Isierte; Alcázar, Tati, Abelardo, Luis Sierra, Óscar, Arturo, Joaquín, Iordanov, Luhovy y Emilio Gutiérrez. También participaron Nilsson y Avelino, que sustituyeron tras el descanso a Emilio Gutiérrez y Iordanov, respectivamente. "El capitán rojiblanco, a sus 35 años, demostró que en el fútbol no hay edades y que el carné de identidad no debe marcar momentos de retirada", detallaba la crónica sobre Joaquín, quien, sin embargo, puso punto y final a su carrera esa misma campaña. Llegó a hacer tres goles más todavía en Liga, repartidos en los encuentros ante el Atlético de Madrid, Osasuna y Valencia. El anotado ante los navarros de especial recuerdo, al ser el último en El Molinón.
