Ni con su eliminación el Sporting se llevó un trago amargo en la Copa del Rey. El único superviviente de Segunda cayó plantando cara ante el Valencia hasta el último instante. Fue la única derrota de los rojiblancos en la competición. El balance, después de seis partidos, es de tres victorias, dos empates y una derrota. Y lo más importante, la Copa ha servido para recuperar entusiasmo y sensaciones a algunos jugadores menos habituales, y ha servido como punto de unión entre el equipo y la afición. El único peaje a ese buen sabor de boca es el que se pueda pagar por el esfuerzo físico de tener que jugar varios partidos entre semana y la lesión de Pablo Pérez. El mediapunta gijonés sufre una elongación y será baja para los dos próximos partidos, aunque está pendiente de diferentes pruebas médicas de seguimiento. En el peor de los casos, Pablo Pérez podría estar incluso fuera del equipo un mes.
Recuperación de jugadores. La Copa ha tenido nombres propios. El más reciente Lod. Tras casi un mes fuera, el centrocampista finlandés volvió a jugar un partido con el Sporting. En Mestalla, pese a fallar una clara ocasión de gol, dejó buenas sensaciones. Volvió a dar muestras de ser un jugador diferente, con calidad y que puede ser determinante. Falta como siempre que encuentre una pizca de regularidad, su cuenta pendiente este año. También Álvaro Jiménez, tras su buen partido en la ida, se ganó jugar en Albacete. El extremo ha convencido a José Alberto, justo cuando Traver vive sus horas más bajas. También ha salido reforzado Santana, un jugador que ha cumplido en los tres tramos de competición que ha tenido esta Liga, al inicio, y tras los duelos de Copa ante Eibar y ahora el Valencia. La Copa se presentó como una oportunidad para enchufar a los menos habituales, que han metido minutos en sus piernas, y ha permitido a José Alberto contar con más recursos y alternativas.
Entusiasmo. En un mal año, con el equipo a ocho puntos de la promoción y a doce del ascenso directo, sin encontrar una regularidad, la Copa ha servido de punto de escape, un oasis en el que sonreír, disfrutar y recuperar sensaciones. Ante el Eibar y el Valencia, dos rivales de Primera, se vio al Sporting más intenso, peleón y competitivo. Un equipo con identidad, con gol y con iniciativa en el juego. Un espejo en el que mirarse para la Liga, como reflejó José Alberto tras el duelo de Mestalla.
Prueba de sistema. Antes del partido ante el Valencia, el Sporting jugaba con dos delanteros. En el partido de ida de octavos de final de la Copa ante el Valencia, José Alberto retornó al sistema con tres centrocampistas y un solo punta. Y en la vuelta en Mestalla probó por primera vez con una defensa de cinco hombres. En la Copa ha podido probar diferentes alternativas para sacar más partido al equipo. A José Alberto no le tiembla el pulso a la hora de innovar y probar.
Castigo físico. La única pega que puede ponerse a la Copa es la carga de minutos, aunque no afecta mucho, ya que ha habido rotaciones en todos los partidos. Eso sí, en Mestalla el Sporting afrontó una paliza física para aguantar el marcador, y seis jugadores acabaron tocados. El caso más preocupante es el de Pablo Pérez, que sufrió una elongación en el adductor derecho que le dejará al margen unas dos semanas. Los otros jugadores que acabaron tocados fueron Molinero, con una sobrecarga del adductor izquierdo; Javi Noblejas, con una sobrecarga del adductor derecho; Juan Rodríguez, con una sobrecarga en el sóleo derecho; Blackman, con una contusión en el arco zigomático, y Lod, con una contusión en el tobillo derecho. Además, esta semana habrá que comprobar la evolución de Álex Pérez, que acabó lesionado el partido frente al Zaragoza.
Y ahora la Liga. El Sporting, que encadena tres partidos sin ganar y sólo ha logrado un triunfo en las últimas cinco jornadas, tiene que retomar el pulso a la competición de Liga, centrarse en el verdadero objetivo de enganchar con la zona alta y empaparse ante el Alcorcón de toda esa buena imagen que ha mostrado en los cuatro partidos más recientes de Copa ante equipos de Primera.
