"Es un privilegio pertenecer a la Federación Española de Fútbol". Pablo Amo (Madrid, 15-1-1978) estrenó hace unos meses el reto más ambicioso de su etapa como técnico. El exrojiblanco fue nombrado en octubre adjunto a la dirección deportiva del combinado nacional, donde llegó de la mano de José Francisco Molina, con el que forjó una gran relación desde que compartieran vestuario en el Deportivo de La Coruña. El domingo (18.00 horas) se enfrentan en El Molinón los dos clubes que han marcado su vida. En Gijón se convirtió en futbolista profesional. En La Coruña alcanzó una semifinal de Liga de Campeones.
¿Usted con quién va el domingo?
-¡Que gane el mejor! Estoy dividido. Mi deseo es que asciendan los dos porque son clubes y aficiones de Primera División. El Sporting juega en casa y un equipo que quiere subir tiene que hacer de su campo un fortín. Se tienen que vaciar.
- ¿Cómo valora pelea por el ascenso?
-La Segunda es una liga de aguante que esta campaña, por composición y calidad, podía ser considerada como de Primera División. Sporting y Dépor tienen que saber manejar las ansiedades. En ese durante de la temporada hay que mantener un ambiente de confianza, que no es sencillo por la presión que les rodea. El Sporting está un poco más descolgado, pero lo importante es llegar al tramo final con opciones.
- ¿Qué recuerdos guarda del Sporting?
-Tuve momentos muy buenos en el Deportivo, pero mis años más felices en el fútbol, los de "Óliver y Benji", fueron en Gijón. Llegué con 18 años al Sporting B y me impactó, por ejemplo, ver a Quini rematando de cabeza, como nunca he visto hacerlo, los balones que centraban Tomás y Villarroya al final de los entrenamientos del primer equipo. Muchos de los valores que adquirí en Mareo son los que me acompañan ahora. Recuerdo que había una plaquita (en la zona de vestuarios) que decía: "El jugador debe entrenarse, no ser entrenado". Allí aprendí que el fútbol tiene que ser siempre un deporte colectivo, por encima de individualidades. Esto, hoy en día, está un poco distorsionado. Había muy buenos formadores: Maceda, Cantatore, Javier Vidales o Joaquín Valdés, que ahora está trabajando con Luis Enrique. Le vuelvo a tener cerca y es una pasada.
- ¿Mantiene contacto con algunos excompañeros?
-Todos los años quedamos a comer varios de los jugadores de aquella primera etapa en el filial. El otro día coincidí con Manolo (Sánchez Murias) viendo a la sub-18, por ejemplo, pero también guardo contacto con Isma, Pablo Álvarez, Villa...
- ¿Cómo es trabajar para la España de Luis Enrique?
-Él es el jefe, el que marca los criterios en la parcela deportiva. Es una persona de un trato muy cercano y la relación, fantástica. Es un privilegio. Con él vives un aprendizaje continuo.
- La selección volverá a El Molinón en septiembre. ¿Hace mucho que no pisa el estadio?
-Creo que la última vez fue como futbolista. Tengo que escaparme antes para volver a vivir esa atmósfera. El ambiente de los derbis que jugué contra el Oviedo, y tuvimos la suerte de ganar, lo he vivido pocas veces en mi carrera.
- ¿Cuándo volverá a haber un asturiano en la absoluta?
-El buen trabajo metodológico que hay en Asturias está representado con la notable presencia de técnicos de la región en la Federación. A partir de ahí, mucho forma parte de las generaciones que van saliendo de futbolistas. Estoy seguro de que volverán a emerger pronto jugadores notables.
- Ha vuelto a España tras muchos años en el extranjero.
-Siempre fui inquieto en ese sentido. Cuando terminé contrato como jugador del Zarazoga tuve la oportunidad de jugar en Primera, en Grecia. Fue una temporada muy buena. Después, en Chipre, viví la cara amarga, con un presidente mafioso, por así decirlo. A partir de ahí me retiré e inicié mi vocación formativa.
- China, Australia, India, México...
-Me fui a China para formar parte de un proyecto de formación vinculado al Real Madrid. Tuve ya oportunidades de trabajabar como entrenador profesionalmente, pero consideraba que era muy importante iniciarme antes con chavales. Lo recomiendo a todo exfutbolista que pretenda comenzar en esto. De ahí me fui a Australia, con solo una mochila, y durante dos años entrené a diferentes equipos cadetes y juveniles. Luego ya me llamó Molina para trabajar, junto a él, en India, a nivel profesional. India es mi país preferido.
- Y ya no se separa de Molina.
-Es un grandísimo entrenador y un amigo. Le conocí en la etapa que compartimos en aquel Deportivo fantástico, semifinalista de Liga de Campeones. Siempre mantuvimos contacto y él me hizo empezar la carrera en los banquillos. En el Atlético Kolkata vivimos una gran experiencia: terminamos campeones de la Super League. A continuación nos fuimos a México (Atlético San Luis), aunque allí ya no nos fue tan bien en lo deportivo porque nos destituyeron. El siguiente paso fue la llamada de "Moli" cuando se hizo cargo en la dirección deportiva de la Federación. No me lo esperaba. Es un gran reto.
