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Un encuentro con huella

Osasuna "subió" en Gijón

Los navarros, con 5.000 aficionados en El Molinón, salvaron en el curso 1999-2000 un punto en el tramo final del choque que les permitió ascender al ganar en la última jornada Jurado adelantó un minuto antes al Sporting

Los aficionados de Osasuna saltan al terreno de juego de El Molinón para celebrar el gol de Iván Rosado. J. J.

Para muchos la imagen de aquel domingo 28 de mayo del año 2000 se puede resumir con la invasión de campo de los aficionados de Osasuna mientras celebraban un valiosísimo gol de Iván Rosado, que les hacía depender de sí mismos en la última jornada para lograr el ascenso a Primera. El Molinón recibió a más de 5.000 aficionados navarros, en el mayor desplazamiento de una afición rival a Gijón. No era para menos, porque Osasuna aspiraba al ascenso, mientras que el Sporting tenía opciones remotas de regresar a Primera. Era la segunda temporada de la década larga del Sporting, que no tuvo un final feliz hasta 2008 con Preciado en el banquillo.

El Sporting afrontaba la penúltima jornada de Liga con 58 puntos, en octava posición, a cinco de Osasuna, que era tercero con 63. Si los rojiblancos, entrenados por Ciriaco Cano, conseguían la victoria, aún tendrían opciones para la última jornada, pero dependerían de una carambola y de que fallase más de un equipo. Había pocas esperanzas de lograr la gesta, pero un tanto de Jurado para el Sporting en el minuto 85 invitaba a creer. Pero la alegría duró poco. Iván Rosado aprovechó poco después un córner para poner las tablas.

El gol de Osasuna desató la locura en la grada, en especial en el fondo norte y parte de la grada y tribuna este donde estaban situados los aficionados rojillos, y que provocó el malestar de algunos socios rojiblancos, que perdieron su localidad habitual por la presencia de seguidores navarros y tuvieron que cambiar de zona sin previo aviso del club.

LA NUEVA ESPAÑA tituló la crónica del partido "Ni de milagro". En ella se hace mención a que "el Sporting rozó la sorpresa durante un minuto, pero no pasó del empate". También se recoge la circunstancia de que varios aficionados de Osasuna saltaron al campo y tiraron petardos tras el gol de Iván Rosado, que acabó siendo fundamental, ya que Osasuna ascendió una semana después en El Sadar. Ciriaco Cano alineó a Valencia; Pablo Amo, Óscar, Yago, Mingo; Alberto, Mario, David Cano, Samuel, Rubén; y Cheryshev. En la segunda mitad entraron Salva por Alberto, Aitor por Rubén y Jurado por Cheryshev.

Sobre el partido, en el análisis del periódico se resalta que "Jurado, ese futbolista 'guadiana' que tan pronto se desborda como desaparece, provocó el único momento de júbilo entre el sportinguismo, que se pasó todo el partido entre la resignación y el cabreo, ahogado por la marabunta roja. Pero en la jugada siguiente Iván Rosado abrió el hueco que Valencia había cerrado antes a cal y canto. Con toda justicia, Osasuna recuperaba su ventaja para volver a Primera". El mejor del Sporting fue el guardameta Juanjo Valencia, que evitó con hasta con cuatro buenas intervenciones el gol de Osasuna, que vivió uno de sus partidos para recordar en Gijón, con sufrimiento y con final feliz, y con el Sporting muy cerca de convertirse en el verdugo del que hoy será su rival en Liga, 19 años después de uno de los duelos más vibrantes entre gijoneses y pamplonicas.

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