Las salidas a préstamo de Babin, Moi Gómez y Rachid, la pasada temporada, dejaron dinero en las arcas rojiblancas. El Sporting ha contabilizado 150.000 euros en ingresos por cesiones durante la campaña 2017-18. El importe forma parte de los números verdes presentados por el club en la pasada junta de accionistas, pero no constaba dentro de la información entregada a los abonados. En este caso, la partida se incluía dentro del concepto de "otros", sin detallar a qué se debía esta cantidad.
No es norma que la cesión de un jugador incluya el pago de una compensación al club de origen, además de asumir el sueldo íntegro, o una parte, del propio futbolista. Eso no quiere decir que pueda darse esa circunstancia, algo que de lo que al menos se traduce en cómo ha trasladado el Sporting el resultado de este tipo de operaciones. De las tres cesiones que se incluyeron dentro de la operación salida gestionada por Miguel Torrecilla, director deportivo del Sporting, la de Babin fue la más temprana y la más importante.
El final del verano llevó a Babin a la filas del Maccabi de Tel-Aviv. Una salida que se debía a las desavenencias del jugador con el club y el director deportivo a consecuencia de no disponer de permiso para poder disputar la Copa de Oro con su selección, Martinica. El Sporting incluso llegó a abrirle expediente. El central se fue a un equipo con el que peleó por el título en Israel y disputó competición europea. Además, tuvo un papel protagonista.
Los casos de Moi Gómez y Rachid fueron distintos. El alicantino abandonó la disciplina rojiblanca en los últimos días del mercado invernal rumbo al Huesca, un modesto de la Segunda División metido en ascenso directo. En cuanto a Rachid, el franco-argelino se fue a préstamo al Waasland-Beveren de la liga belga después de apenas contar con oportunidades. Fue su segunda cesión, tras haberse ido al Tenerife la temporada anterior.
