Con el Sporting abocado al encefalograma plano (futbolístico) después de tres derrotas consecutivas, los de José Alberto recuperaron ayer algo de pulso demostrando que se sienten más cómodos a domicilio que en El Molinón. Los números de los 14 partidos de José Alberto como técnico del Sporting son claros: nueve puntos en casa en siete partidos (nueve goles a favor y diez en contra) y doce fuera en otros tantos encuentros (ocho goles a favor, cuatro en contra). Lo que no varía es la distancia con el play-off, que se mantiene a once puntos. Pero hace ya varias jornadas que esta no es la guerra del Sporting, tal y como desliza con claridad el técnico cada vez que sale el tema. Al equipo de JA lo que le queda es tratar de no perder la conexión con una afición que ayer volvió a dar una lección a los suyos protagonizando un desplazamiento, aunque no tan masivo como en tiempos más felices, digno de destacar si se compara con lo que está ofreciendo el equipo en las últimas semanas. La Mareona demuestra una paciencia infinita, a pesar de las pintadas que aparecieron durante la semana en Mareo contra todo y contra todos. El gol en el segundo 34 del partido, el primero de Cristian Salvador con la camiseta del primer equipo, sirvió para dar cierta calma a los gijoneses, que otra vez volvieron a mostrarse blandos atrás, tal y como quedó demostrado en el gol del empate soriano. Para el optimismo queda el buen estado de forma que parece que va alcanzando Álex Alegría, con dos goles y una asistencia en los dos últimos partidos.
