Su apellido define el estado en el que vive en su recién estrenada estancia en el Sporting. Álex Alegría, uno de los refuerzos invernales del conjunto rojiblanco, marcó ante el Almería por tercera jornada consecutiva. Un gol con el tremendo valor añadido de dar la victoria al equipo, redondeando así su buena actuación. Hacía cuatro años que el delantero extremeño no encadenaba tres partidos viendo puerta. La última vez fue en la campaña 2014-15, cuando completaba su formación en el filial del Betis, en Segunda División B. Esa campaña llegó a firmar 14 tantos que le llevaron a debutar en Segunda con el primer equipo. Fue la misma campaña en la que el Betis y el Sporting de los guajes subieron a Primera División.
Se está reivindicando desde que la visita a Las Palmas le dejara señalado por errar un remate en boca de gol. Con cierta dosis de fortuna, ante el Rayo Majadahonda se ayudó de la mano para estrenarse como goleador con la camiseta rojiblanca y de ahí, todo fue a más. La visita a Soria, el lugar en el que se asentó como futbolista en la división de plata, le erigió como el motor de un Sporting en busca de salir del bache de tres derrotas consecutivas. Marcó en una acción en la que buscó más centrar que rematar, pero su madrugador tanto fue clave para volver a ganar. Tan decisivo como el visto ante el Almería, en un remate en el que la pelota pareció encontrar más a su hombro y espalda, que el jugador buscar la superficie para conectar. En cualquiera de los casos, Alegría volvió a estar ahí para cumplir por lo que se le fichó: marcar.
A sus 26 años, Álex Alegría llegó a Gijón con el objetivo de encontrar los minutos que se le negaron en el Levante y el Rayo Vallecano, sus últimos dos equipos. Cedido por el Betis, en el Sporting empieza a consolidarse ya en el once titular, junto a Djurdjevic. Ambos van camino de repetir en ataque en la visita al Córdoba.
