Y a la cuarta fue por fin la vencida. Con la victoria por la mínima ante el Oviedo, el Sporting no sólo consigue vencer el primer derbi desde el reencuentro de ambos equipos en la categoría de plata del fútbol español, sino que con ello además le da otro pequeño mordisco a la diferencia que le separa de los puestos de playoff, que ahora se sitúa a cuatro puntos.

Como se había comentado durante la semana, era además el primer derbi sin el 'Brujo' en el banquillo del estadio que ahora lleva su nombre. Vaya por él esta victoria tan especial para el sportinguismo.

Victoria por otra parte justa a tenor del juego y de los méritos ofrecidos por unos y otros durante el partido. Cierto que se hablará y mucho durante los próximos días de esa última jugada con el gol anulado al conjunto azul en el minuto 90, en una de esas acciones donde el VAR tampoco disiparía todas las dudas. Como también se hablará del penalti fallado por Djurdjevic en el 70, y que podría haber ahorrado sufrimientos innecesarios.

Pero con todo, si alguien mereció llevarse los tres puntos de un partido que como la mayoría de los derbis, no fue ni mucho menos brillante a nivel de espectáculo sobre el césped (todo lo contrario que en las gradas), ese fue el conjunto entrenado por José Alberto.

El entrenador ovetense tenía muy claro desde el primer momento la forma en la que sus jugadores habían de afrontar el choque, y éstos supieron responderle a la perfección. Para empezar mostrando esa intensidad desde el primer balón en disputa, que no se había visto en anteriores derbis.

Curiosamente cuando el Oviedo, transcurrido el primer cuarto de hora, dio la sensación de adueñarse en parte de la posesión del esférico, fue cuando el Sporting comenzó a mostrar el peligro que sus dos atacantes en punta podían suponer para la zaga carbayona, merced a rápidas contras por ambas bandas, pero también al fútbol directo.

Fue así en el minuto 32 cuando un pase filtrado por Nacho Méndez a Djurdjevic, sirvió para que éste pusiera a su vez un centro dentro del área pequeña por el que porfió Alegría con su marcador, Bolaño, siendo el jugador azulón quien finalmente introdujese el balón en la red. El delantero cedido por el Betis en el mercado de invierno fue a la postre de largo el mejor sobre el campo.

Con el marcador a favor, el Sporting se sintio aún más cómodo con el plan preestablecido, mientras que por su parte el Oviedo quedó algo tocado. Se llegó así el descanso con unas estadísticas que decían a las claras lo que había sido el primer tiempo: posesión algo superior para el Oviedo, pero sin ningún tiro entre los tres palos de la portería defendida por Mariño, por los dos que habían dispuesto los rojiblancos.

Nada cambió tras el paso por los vestuarios, siendo de hecho para el Sporting la primera jugada con cierto peligro tras la reanudación, con un disparo de Geraldes que se fue arriba. Tanto el luso como Molinero en banda izquierda, estuvieron muy serios en labores defensivas, pero sin renunciar a sumarse al ataque.

Poco después, en el minuto 49, en una de las numerosas internadas por su banda, Traver puso un balón para Djurdjevic, quien no pudo atinar con el remate. Tres minutos después llegó el primer aviso serio del Oviedo, con un centro peligrosísimo de Mossa, siendo Joselu en esta ocasión quien marrase en la finalización del jugada.

Pudo también Alegría en el 59 conseguir el segundo tanto para el Sporting, en una acción en la que el potente delantero rojiblanco, de espaldas a la portería, volvió a ganarle la partida a los defensores azules, girándose en un palmo de terreno, pero enviando por encima de la portería defendida por Champagne.

Anquela no veía nada claro el discurrir del encuentro y decidió así realizar dos cambios de una tacada, con media hora aún por delante para la conclusión. Sin embargo estos apenas cambiaron el panorama, siendo de nuevo para el cuadro local la siguiente ocasión de peligro, con una chilena de Djurdjevic, que se fue fuera por poco.

Sólo dos minutos después llegó la jugada del penalti, en la que el árbitro no dudó en señalar un claro manotazo de Bolaño sobre Alegría. Ante la ausencia de Carmona, fue Djurdjevic quien asumió la responsabilidad. El balcánico sin embargo se encontró con que Champagne le adivinó el tiro. El público sportinguista, lejos de desmoralizarse por la ocasión perdida para haber podido cerrar prácticamente el choque, fue cuando más se volcó a apoyar a los suyos, lo que sirvió para que el equipo apenas se viese afectado anímicamente por el penalti fallado.

La prueba de que la afición vuelve a comulgar con este equipo, es que justo después de agotar Anquela su tercer cambio, cuando José Alberto realizó el primero de los suyos, sustituyendo precisamente a Djurdjevic para dar entrada a Pablo Pérez, el jugador serbio fue despedido entre aplausos.

Con un Babin en defensa en versión imperial, bien acompañado por Peyrbenes en el centro de la zaga, el Sporting apenas se veía en dificultad frente a delanteros visitantes. Arriba, la frescura de Pablo Pérez ayudaba a retener el balón y de este modo, los minutos iban pasando a favor de los rojiblancos.

Corría el minuto 80 cuando José Alberto buscó más músculo para el centro del campo en previsión del último arreón rival, al introducir a Cristian Salvador, siendo Aitor el sustituido. El último cambio llegó tres minutos más tarde, cuando Traver lesionado, fue reemplazado por Álvaro Jiménez, quien de este modo volvía a disfrutar de minutos en el equipo.

El Sporting parecía tener el partido controlado, pero aun así, lo exiguo del resultado, no daba pie a ningún fallo. Tanto los jugadores como la afición era consciente de que en cualquier jugada aislada podía llegar el empate. Como pudo ser en el minuto 88 cuando Toché, completamente solo, remató de cabeza de forma inocente a las manos de Mariño.

Y en esas estaba el partido, cuando en el minuto 90, tras un choque con Peyrbenes, Ibra envió el balón al fondo de la red. Escalofrío entre los sportinguistas que pronto se vio aliviado, al ver al colegiado levantar el brazo señalando falta del seleganés. Gol anulado y consiguiente bronca monumental con la que prácticamente se acabó el derbi, pues en los posteriores cuatro minutos de añadido, no hubo más peligro en ninguna de las áreas.

Cuarta victoria consecutiva del Sporting por tanto, y con toda seguridad la más celebrada de todas ellas por la parroquia rojiblanca. No es para menos. La semana vendrá ahora con la lógica polémica desde tierras vecinas por el gol que pudo haber sido pero no fue; o incluso por el penalti señalado a favor de los rojiblancos. Éstos harán bien si no entran en ningún cruce de declaraciones y se centran en el próximo partido, ya este próximo viernes, en tierras malacitanas.

Y es que le llegan ahora al Sporting nada menos que tres partidos en tres viernes sucesivos. Y los dos primeros fuera de casa. El ya citado en Málaga y el siguiente en Tenerife. Después será el Granada quien visite tierras asturianas. Estas tierras que han visto en esta jornada teñirse de rojiblanco el derbi. Que sea o no el último de esta temporada nadie lo sabe. Pero alguno podría hasta firmar que no lo fuese. De momento mantengamos ese "partido a partido", o mucho mejor aún, el "victoria a victoria".

Post Scriptum: domingo casi completo de alegrías para el Real Sporting, con la victoria del filial en el debut de Manolo Murias en su banquillo. No tuvo la misma suerte el primer equipo femenino, que cayó en Mareo ante el Friol CD Lugo, con lo que acumulan cinco jornadas sin sumar los tres puntos.