- ¿Por qué empezó a jugar al fútbol?

-Mis padres nunca fueron futboleros, pero sí mi hermano, que me saca cinco años y jugaba con él y sus amigos. Empecé de portero. Los amigos de mi hermano no querían meterme cuerpo por si me hacían daño, y por eso me mandaban a la portería. Empecé a jugar en el San Miguel, allí en Plasencia, y fui portero porque les faltaba alguien para esa posición, pero me aburría. Pasé a jugar de central, de mediocentro y hasta que acabé de delantero. El entrenador veía que me iba mucho para arriba y marcaba, y por eso me cambió de posición. Después del San Miguel me fui al Plasencia en infantiles, fiché por el Cacereño en juveniles y llegué a estar en Segunda B. Y apareció el Betis, con el que debuté en Segunda frente al Mirandés.

- ¿Su año en el Numancia fue el mejor hasta ahora?

-Salí cedido y tuvo un año muy bueno. Me dieron continuidad y confiaron en mí. Arrasate me dio oportunidades para demostrar lo que valía y eso me ayudó. Las temporadas que he rendido son las que me han dado continuidad y en las que he respondido con goles. Es difícil tener nivel de competición si te la juegas en un partido.

- ¿Cuál fue su mejor recuerdo en su regreso al Betis?

-Marqué un doblete con el Granada. Quizás sea el partido que mejor recuerdo tenga de mi trayectoria. Y le siguió un derbi con el Sevilla en el que me anularon un gol por fuera de juego a pase de Rubén Castro.

- ¿Qué le pasó en el Rayo?

-No me dieron la oportunidad de demostrar lo que valía. El entrenador decidió poner a Raúl de Tomás, que se ajustaba más lo que quería. Y aunque cumplí en Copa, no tuve minutos.

- ¿Insistió mucho el Sporting para que viniese?

-Contacto de verdad es desde este mercado invernal, desde antes de que comenzase. Aunque los últimos días pensaba que no iba a venir, porque era complicado que el Rayo Vallecano me dejase salir, porque al final se dio la carambola perfecta.

- ¿Le gustaría seguir en Gijón, sea en Primera o Segunda?

-Es un club que está en Segunda, pero tiene instalaciones, estadio y afición para estar en Primera. Me gustaría seguir, pero habría que hablarlo con el Betis.

- ¿Qué le ha sorprendido de José Alberto?

-La intensidad y actitud que le mete al equipo.

- ¿Está a gusto en Gijón?

-He venido con mi novia, que está opositando, y estoy tranquilo. Me gusta estar en casa y leer. Y en los días libres me gusta moverme para ver los pueblos de Asturias. Ya he estado en Cudillero, Ribadesella, Llanes o el Cabo de Peñas, que me ha encantado. Siempre me llevo el dron que tengo, porque me encanta la fotografía y el vídeo. El dron me lo compré en Soria, lo usé por allí y después por Extremadura. Y ahora tengo también otro más pequeño que se puede llevar de viaje.

- ¿Qué otras aficiones tiene?

-Me gustan mucho los animales. En Plasencia tenía caballos, y me gustaba montar, pero cuando empecé el deporte profesional tuve que dejarlo. Tenía un caballo viejo para aprender, y después compré un potrillo de tres años y medio, lo empecé a domar, le enseñé a saludar y a tirarse al suelo. Me gustaba mucho. Con el paisaje maravilloso que hay en Extremadura, igual que en Asturias, se podía ir por muchos sitios a caballo. Estuve a punto de hacer un curso de doma de caballos, que solo hay en tres sitios de España, que me hubiera servido para ser juez en concursos, pero me fichó el Cacereño y no lo empecé.

- ¿Qué jugadores tenía como referentes?

-Como delantero que soy me fijaba Ronaldo Nazario y en Ibrahimovic, por su altura.

- ¿Ha tenido que quitarse muchas veces el cliché de que por ser un delanter alto no tuviese buena técnica?

-La gente piensa que por ser delantero se es tosco o no se maneja bien el balón. Pienso que para la altura que tengo le pego bien con las dos piernas.

- Mande un mensaje para la afición.

-Que sigan apoyando como hasta ahora. El equipo está en buena forma, con la mente muy positiva. La afición unida con el equipo podemos conseguir muy buenas cosas.