"Mi mujer me dice que soy un entrenador de rachas". La frase la pronunció José Alberto, técnico del Sporting, hace tan sólo unas semanas pero la lleva repitiendo años. La trayectoria del técnico rojiblanco está plagada de resultados que justifican sobradamente la fama que se ha ganado y a la que se aferra el conjunto gijonés para pelear por un puesto en la promoción de ascenso a Primera División. Los ocho partidos que el equipo encadena invicto no han permitido conectar con la promoción, situada a cinco puntos de distancia a falta de siete jornadas por disputarse (incluyendo el duelo ante el Reus). Los gijoneses están obligados a alargar una dinámica que pasa, en buena medida, por ganar todos los partidos que tienen que disputar en El Molinón y puntuar en Mallorca para atar la opción de entrar en play-off.
José Alberto se ganó el banquillo del Sporting B, en la campaña 2016-17, por dos éxitos simbolizados en lo extraordinario de las cifras que señalaron ese aire de entrenador de rachas que se le atribuye. Primero, al hacerce cargo del Covadonga en Tercera División, tras haberse disputado ya las primeras nueve jornadas de campeonato y con el equipo metido en la zona baja de la tabla. La respuesta llegó a través de 23 partidos invicto que hicieron que el equipo protagonizara una remontada que le llevaría a quedarse a las puertas de disputar la promoción de ascenso a Segunda División B. La siguiente gran racha en la trayectoria de José Alberto fue a su vuelta a Mareo, para dirigir al juvenil de División de Honor del Sporting. En su segunda campaña, el equipo encadenó 25 partidos sin conocer la derrota. Los números y en definitiva, el rendimiento del equipo, provocaron que el siguiente reto esperara en el Sporting B.
La llegada al filial nació con la exigencia de un ascenso a Segunda B que José Alberto alcanzó a través de una nueva dinámica de resultados que, en esta ocasión, llegó a contar con 22 encuentros sin perder. La recuperada presencia en la categoría de bronce le brindó entonces un nuevo grado de dificultad, el de una permanencia que la mano del ovetense acabó convirtiendo en la pelea por el ascenso a Segunda. Se consiguió con rendimiento no tan constante en cuanto al número de partidos encadenados sin perder. Al menos, en comparación con los años anteriores. El mejor momento fueron los siete partidos invicto de la temporada 2017-18.
José Alberto fue el elegido para sustituir a Rubén Baraja en el banquillo del primer equipo del Sporting el pasado mes de noviembre, una etapa iniciada con cinco encuentros sin conocer la derrota, tres de ellos en forma de victoria, que alimentaron el optimismo para alcanzar el objetivo del ascenso. El inicio del año abrió un nuevo bache de resultados que el técnico oventese ha revertido con una resurrección resumida en los 20 puntos sumados de los últimos 24 en juego, enfriados por el empate cosechado el pasado fin de semana en Tarragona ante un Nàstic con pie y medio en Segunda B. La mejor racha en categoría nacional de José Alberto pide más para poder dar caza al tren de cabeza de la tabla.
El Sporting recibe este domingo en El Molinón a un Elche que se ha escapado de la zona baja de la tabla pero sigue sin tener hechos los deberes para dar por conseguida la permanencia. Los rojiblancos tienen poco margen de error y casi ninguno en El Molinón si quieren apurar al máximo su candidatura a entrar entre los seis primeros. Los siguientes rivales en pasar por Gijón serán Lugo, Albacete y Cádiz, ante el que cerrarán la campaña. Fuera esperan el Mallorca, rival directo, y Zaragoza, metido en problemas para continuar en Segunda División.
La ley no escrita de que se necesitan veinte victorias para estar en zona play-off dice que al equipo le faltan todavía cinco -contando los tres puntos ante el Reus-. A los gijoneses les ayudarán enfrentamientos directos como el Málaga-Mallorca o el Almería-Oviedo de esta misma jornada para volver a acercarse a la deseada promoción. Eso y la habilidad de su entrenador para sacar el máximo rendimiento a rachas que necesitan engordar los actuales ocho partidos invictos.
