Antes de la lesión que apartó a Carmona varias jornadas del equipo, cuando las cosas no pintaban muy bien en el universo rojiblanco, una de las pegas que se le ponía al balear era su "egoísmo" en las jugadas a balón parado. Y es que el interior rojiblanco lo lanzaba todo: faltas, saques de esquina, penaltis... Pero la irrupción de Traver ha llevado a que la "dictadura" de Carmona en el papel de lanzador único haya dado paso a una bicefalia. Visto lo visto ayer ante el Elche, en la vuelta a la titularidad de Carmona tras superar sus problemas físicos, los córners quedan para Traver, y las faltas, las directas, caen del lado del "diez" rojiblanco. Y la bicefalia, tan denostada en otros ámbitos, funciona. Traver dejó su "toque" en un par de ocasiones y en una de ellas, tras una jugada de máquina de petacos, llegó el gol de Babin.
