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El Molinón, de la ilusión al silencio

"La promoción de ascenso se pone complicada", asume una afición helada tras el empate con el Elche

El público de El Molinón muestra sus bufandas durante la salida de los equipos al campo. J. J.

El pitido final evidenció el efecto de un empate que deja el Sporting a cuatro puntos del sexto puesto en el día en el que la diferencia podía haberse quedado reducida a la mitad. El silencio, tan sepulcral como impactante, se adueñó de un campo que durante 75 minutos acarició otro paso hacia la remontada. "La promoción de ascenso se pone complicada", decía Luis Fernández, sportinguista de Navia que, en compañía de Ana Iglesias y Rosella Fornelli, masticaba ya un punto que, como el conseguido en Tarragona, sabe a poco.

"Alejo Caso, tu templo no te olvida", se leyó en el fondo sur de El Molinón para rendir recuerdo al que fuera mayordomo rojiblanco al cumplirse cinco años de su fallecimiento. "El Elche es fácil en el Fifa (videojuevo de fútbol)", tranquiliza Mateo Yáñez a su padre, José. "Hay que ganar para seguir arriba", comenta entonces su hermano a Montse Cobián, la mamá de esta familia candasina. La fe por continuar con la racha de ocho partidos invicto que encadenaba el Sporting antes de medirse a los ilicitanos es palpable entre los seguidores rojiblancos. Tanto por parte de los que alargaron el vermú y como de los que adelantaron la comida para estar presentes a las cuatro de la tarde en El Molinón.

"Ojalá podamos acabar la temporada entre los seis primeros", comentan entonces un nutrido grupo de amigos de Moreda que, tras calentar motores y gargantas en los locales hosteleros de los bajos de El Molinón, se suman a los gritos de ánimo de un sportinguismo que empieza a intimidar al rival. El municipal gijonés pide amarilla a Yacine por un codazo sobre Babin, salta con el gol del central del Sporting y se muerde las uñas en una segunda parte en la que emerge un viejo conocido. "Nino, el de siempre", lamentan varios inquilinos de la Tribunona. "Yo ya había avisado", señala otro. "Mereciome la pena venir y aguantar este dolor de pies", concluye, con ironía, una veterana aficionada a su salida del campo.

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