Cuando el Sporting iba camino de lograr su tercer empate consecutivo, muchos aficionados sportinguistas miraban la clasificación y maldecían la pobreza del botín que los de José Alberto estaban a un suspiro de conseguir traerse de Son Moix; un estadio donde el Mallorca se ha demostrado intratable durante toda la temporada.

Pero cuando en la última acción del partido, Álex López marcaba el gol definitivo, esos mismos aficionados fueron los primeros en llorar el punto que se esfumaba de la forma más cruel.

Fue el de Mallorca otro de esos partidos donde el Sporting demostró que a la hora de sufrir, hay pocos equipos que le superan en capacidad de sacrificio. Hasta quince saques de esquina botó el Mallorca, con prácticamente toda la tropa rojiblanca entregada a la causa defensiva. Nuevamente como sucediese ante el Nàstic, quizás se echó en falta una mayor ambición, especialmente en la segunda parte, sobre todo teniendo en cuenta la necesidad de sumar de tres en tres.

El partido había comenzado según lo esperado. El Mallorca trató pronto de hacerse con el control del balón, aunque la primera gran ocasión la tuvo Babin, cuando en el minuto 4 no alcanzó a rematar con acierto un centro lateral puesto al interior del área por Traver.

Fruto de ese acoso bermellón, llegó el gol de los locales en el minuto 18. Un tanto que no debió subir al marcador, por fuera de juego de su autor, Budimir. De nada sirvieron las ostentosas protestas de los sportinguistas.

Se le ponía así el partido muy cuesta arriba, pero el Sporting se mantuvo firme en su plan inicial. Y aunque la posesión seguía siendo claramente favorable al Mallorca, la sensación era de que en cualquier momento podía llegar el empate.

Así fue cuando apenas se superaba la media hora de juego. Una gran asistencia de Cofie, puso el balón a los pies de Uros, quien a pesar de un primer control que parecía dejarle casi sin ángulo de tiro, logró soltar un fortísimo disparo al primer palo, al que el portero mallorquín fue incapaz de ofrecer resistencia. Undécimo tanto para el serbio, en otro partido de enorme desgaste y brega, si bien como el resto del equipo, en el segundo tiempo se difuminó. Quizás le sobró esa protesta en el tiempo de descuento, por la que el balcánico fue amonestado con tarjeta amarilla, que le supondrá no poder jugar ante el Lugo.

Con el empate se llegó al descanso, después de un primer tiempo de lo más entretenido, con dos estilos de juego claramante diferenciados.

El partido se reinició de nuevo con el Mallorca buscando meter al Sporting en su campo, insistiendo una y otra vez por bandas y con ambos laterales incorporándose continuamente al ataque. Los de José Alberto por su parte, fieles a su estilo, se encomendaban a una contra o a una acción a balón parado.

En el minuto 61 Mariño salvó providencialmente en un disparo desde dentro del área. Fue el preludio a una jugada en la que el portero gallego, en una aparatosa salida, y tras llevarse por delante a Budimir, cayó sobre su hombro teniendo que ser sustituido por Dani Martín. La jugada acabó con el balón en la red, tras disparar a puerta vacía Aridai, pero su gol fue anulado por fuera de juego.

Casi al mismo tiempo, José Alberto realizó su segundo cambio, dando entrada a Lod por un Carmona, que en Mallorca, tampoco ofreció lo que se espera de él. Claro que sigue sin jugar en la posición donde mejor rendimiento ha mostrado.

Por su parte el portero canterano, en su primera intervención salvó a los suyos, al ganarle la partida al propio Aridai en un uno contra uno.

Sin prácticamente acercamientos por parte del Sporting al área del Mallorca, el encuentro se sucedía entre saques y más saques de esquina a favor de los de casa.

José Alberto agotó los cambios cuando apenas restaban cinco minutos para la conclusión del partido, siendo Nacho Méndez el sustituido y Cristian quien le reemplazase. Un cambio que transmitía la consigna a seguir por los suyos sobre el césped.

Pero el Mallorca, lejos de dar por bueno el empate, aumentó aún más si cabe su asedio a la portería defendida por Dani, obteniendo la recompensa a su apuesta ofensiva en el último minuto de los cinco de descuento decretados. Fue en un centro al área como tantos había habido durante los noventa anteriores, pero que en esta ocasión, no fue bien resuelto por la pareja de centrales sportinguistas, que se dejaron comer la tostada por un Alex López que resolvió como gran delantero que es.

Sin tiempo para respuesta alguna, el Sporting vio cómo el árbitro decretaba el final del partido y quién sabe si de paso, el de sus aspiraciones a engancharse al playoff. Quedan 15 puntos por disputarse (con tres seguros del partido ante el Reus) y son 6 los que hay que recortar. Parece más que complicado, pero no imposible. Y mientras así sea, nadie puede arrojar la toalla.

Post Scriptum: ¿tiene ya avanzada alguna negociación el actual director deportivo, en cuanto a renovaciones o contactos con jugadores que pudieran ser del interés del club? ¿O esperará por el contrario, como en anteriores ocasiones, a que confeccionar una plantilla en la última semana antes del inicio de temporada, o incluso comenzada esta? Los resultados ahí están.