Las cuentas no salen. Los en torno a doscientos sportinguistas que acudieron ayer a Son Moix para animar al equipo ante el Mallorca se marcharon del campo haciendo más números con las horas que le quedaban en la isla, que con las opciones de que los de José Alberto logren en las cinco últimas jornadas cazar un puesto en la promoción. "Este partido era a vida o muerte y, ahí lo tienes, se te va la vida", lamentaban Diego Suárez, Celia Selgas, Elizabet Rodríguez y Luciano Rodríguez. La derrota echó por tierra una tarde de sol en la que sólo venció el amor a los colores sobre la tentadora playa.

Roberto Suárez, presidente de la peña sportinguista Carbonera, ya se mostraba cauto antes de que el balón echara a rodar y el Sporting intentara alargar ante el Mallorca su racha de nueve partidos invicto. "Hay que ganar, chico, hay que ganar, pero no sé. No los veo yo...", comentaba antes de que su mujer, Isabel Sánchez, le devolviera al optimismo. "Con ganas y fuerza lo van a conseguir", replicaba antes de que Roberto echara mano al calendario para confiar en el fuego cruzado entre los distintos rivales en la pelea por los seis primeros puestos.

"Nací en Nava, me crié en Buenos Aires y ahora vivo en Mallorca. Y aquí me tienes, animando al Sporting", señalaba, unos metros más adelante, Bayron Rodríguez. Él mantenía la fe en la remontada antes de que se conociera el resultado ante los bermellones, sin esconder que "éste es un partido crucial si queremos seguir mirando hacia arriba". No se quedó sólo en apoyar desde la grada al conjunto gijonés, también hace equipo en casa. "A mí ya me va gustando un poco más el fútbol", reconocía entonces su novia, la pamplonica Clara Juliani, quien ataviada con camiseta del Sporting, al igual que su pareja, formó parte de la Mareona. "Ya la estoy haciendo del Sporting", afirma Bayron. El que no falló, como tantas otras veces, fue Roberto Narváez, de la peña La 1905, junto a su inseparable bandera en recuerdo a Anselmo López.

"Si se pierde, qué quies que te diga: la cosa está muy complicada", comentaban varios de los componentes de la peña sportinguista El Orbayu, de Pola de Siero. No les faltaba razón ya que el marcador terminó mostrando el peor Sporting y la consecuencia de terminar alejados a seis puntos de la zona de promoción. Ni la visita a la catedral de Mallorca, a cargo de Manrique Saras y Javier Barrio, dio suerte antes del partido por mucho que estos dos sportinguistas confiaran en dar un paso crucial hacia la remontada del conjunto de José Alberto. La Mareona empieza así a decir adiós a una promoción que aún es posible matemáticamente.