En el día en el que no había ya margen de error, el Sporting solo tiró una vez a portería. Fue en la primera parte, con un fallo de Álex Alegría, que no acertó a marcar al borde del área pequeña, con un tiro flojo que atajó el meta del Lugo. En la segunda mitad, con el Sporting jugándose la vida, ni un solo chut entre los tres palos. Una circunstancia que no se había dado aún con José Alberto, que en sus peores días en el banquillo al menos el equipo disparó un par de veces a portería, como sucedió ante Mallorca, Nàstic, Las Palmas y Lugo, en todos los casos a domicilio, y con un balance de dos empates y dos derrotas para los rojiblancos.

Al Sporting le faltó pegada y peligro ante el Lugo, en el tercer partido que se perdió Djurdjevic esta temporada. Y en ninguno de ellos los rojiblancos han ganado. El atacante serbio no jugó la primera jornada de Liga en Alcorcón, ya que no se había materializado su fichaje aún. Y ese día los rojiblancos empataron a un gol. Su debut de rojiblanco fue en la segunda jornada con el Nàstic. Y a partir de ahí ya disputó todos los partidos hasta el pasado mes de febrero, cuando vio su quinta amarilla y no jugó en Las Palmas, donde el Sporting cayó 1-0. El pasado sábado fue su segunda ausencia, por otro encuentro de sanción al alcanzar las diez amonestaciones, y los rojiblancos empataron sin goles ante el Lugo.

El atacante serbio, el fichaje más caro de la historia del Sporting, lleva 11 tantos esta temporada. Y eso que le costó arrancar, porque hasta el mes de diciembre no inauguró su casillero. Después tuvo una buena racha, que le ha llevado a ser uno de los más goleadores de la categoría, ya que apenas seis jugadores marcaron más tantos que Djurdjevic: Álvaro Giménez (18), del Almería; Quique González (16), del Deportivo; Enric Gallego (15), del Extremadura; Rubén Castro (14), de Las Palmas; Juan Muñoz (13), del Alcorcón; y Roberto Torres (12), de Osasuna.

En lo que va de Liga, además, Djurdjevic dejó de jugar dos partidos más de inicio, ante el Córdoba en casa (0-0) y en Oviedo (2-1), con lo que la figura del serbio adquiere un papel más determinante en un equipo que acusa la ausencia del serbio, sin tiros ni goles.