De un plumazo, en su segundo partido de titular seguido, Lod firmó dos goles, que le hacen ser el segundo máximo goleador de la plantilla rojiblanca. No ha tenido muchos minutos durante el curso, pero con cuatro tantos al finlandés ya solo le supera Djurdjevic. El de ayer fue uno de esos partidos en los que Lod dejó un atisbo para la esperanza. Buena colocación, pegada, participación y remate. Sucedió por ejemplo ante el Alcorcón, en la primera jornada de la segunda vuelta, cuando dio una asistencia y marcó un gol, aunque ese día no participó tampoco mucho más en el juego. En Eibar, en la Copa del Rey, hizo de nuevo ilusionarse al sportinguismos. Dos ejemplos, que son tres con el de ayer, que hacen soñar con un cambio de tendencia que no acaba de llegar. Con la temporada concluida, el único consuelo puede ser en que esa transformación llegue para el próximo año, siempre que siga en el Sporting.
