"¡Por fin!". Tras días de espera, entre su domicilio ovetense y Luanco, la llegada de un último papel permitió cerrar el acuerdo y hacer respirar a Manu García (Oviedo, 2-1-1998) para convertirse en el fichaje más caro de la historia del Sporting y del fútbol asturiano. El club rojiblanco abona 4 millones de euros al Manchester City, más variables, y recupera a una de la joya de Mareo cazada en 2013 por el conjunto inglés. Se fue un niño y vuelve un futbolista prácticamente hecho que no puede ocultar la ilusión de cumplir con el sueño que siempre tuvo de crío: jugar de rojiblanco en El Molinón. "Estoy muy feliz por estar aquí", reconoció en Mareo para acabar de formalizar su contrato. Esta mañana, a partir de las 10.00 horas, se entrenará con sus nuevos compañeros y luego será presentado.

Se acabaron para Manu los días encerrado en casa y las escapadas de Mareo camuflado en un coche mientras, en otro, Isma Piñera y Tomás Hervás despistaban a la prensa para que nadie pudiera obtener ninguna imagen del jugador en las instalaciones rojiblancas. El ovetense saltará hoy al campo número 2 de Mareo convertido en el fichaje más importante del Sporting y, por el momento, de toda la Segunda División. El club ha vuelto a sorprender en cuanto a su capacidad de maniobra financiera, de la misma manera que sucedió en el pasado mercado de invierno, para romper con el último gran fichaje en cuanto a inversión económica. Fue para traer a un compañero de Manu, Uros Djurdjevic, por el que se desembolsaron unos 2,5 millones de euros.

El Sporting concreta el que es, hasta el momento, su quinto refuerzo de la temporada. Manu García da continuidad a las llegadas de Javi Fuego, Unai Medina, Álvaro Vázquez y Damián Pérez. Este último aterrizará mañana en Asturias para el lunes someterse al reconocimiento médico y poder ser presentado ya como nuevo jugador del conjunto gijonés. También se espera, en cuestión de días, a Marc Valiente, el primero de los dos centrales que espera el Sporting para cubrir el eje de la defensa. Manu García abre su segunda etapa en el Sporting, al que llegó procedente del Astur, siendo un crío, para jugar en el alevín. El talento de aquel centrocampista vertical e ingenio empezó a llamar la atención tan rápido como iba escalando en la cantera. Siendo jugador de primer año cadete ya competía con juveniles, mientras en las instalaciones rojiblancas los cazatalentos de media España empezaban a tentarle. El Manchester City, con una atractiva propuesta educativa que acompañó a lo deportivo, convenció a sus padres y, además, se comprometió a compensar económicamente al Sporting por incorporarle sin que, legal y federativamente, hubiera obligación a ello. El resto de la historia empieza hoy a escribirse.