Después de una semana de cruce de declaraciones, por un supuesto amaño de un partido de hace ya ocho años, Manuel Vega-Arango y Augusto César Lendoiro, presidentes por aquel entonces de Sporting y Deportivo, respectivamente, enterraron ayer por fin el hacha de guerra. Tras un intercambio de llamadas telefónicas pusieron fin a la discusión por la que el exmandatario gallego había acusado al conjunto rojiblanco de ofrecer un empate ante el Deportivo, en un partido en 2011 que acabó 2-2, en una temporada que finalizó con la permanencia del Sporting y el descenso del Deportivo a Segunda.

La polémica se produjo el pasado miércoles, cuando Lendoiro, que acudió como testigo al juicio del presunto amaño entre Levante y Zaragoza, insinuó que los jugadores del Sporting habían ofrecido un empate a los del Deportivo, antes de un partido decisivo entre ambos conjuntos a falta de cuatro jornadas. Vega-Arango, presidente en aquel momento, defendió los intereses del Sporting por medio de LA NUEVA ESPAÑA y negó el supuesto amaño al que hizo alusión Lendoiro, con el que mantiene una buena amistad desde hace años.

"Nadie puede acusar al Sporting de amaños, ni insinuarlo. Lendoiro no puede hablar sin pruebas", dijo Vega-Arango. Ayer, mediante un artículo remitido a LA NUEVA ESPAÑA, Lendoiro explicó su visión de los hechos. Las dos partes, tras esta carta, mantuvieron contacto vía telefónica, hicieron las paces y decidieron enterrar la polémica. Aunque cada estuvo firme en defender los intereses de sus equipos, pero sin querer ahondar más.

No obstante, más que ese partido entre Sporting y Deportivo, las acusaciones de Lendorio más fuertes iban dirigidas al presidente de Cantabria Miguel Ángel Revilla, al que acusó de promover el "pacto de Llanes" en 2010, y que según el dirigente deportivista afectó al Deportivo un año después, al devolver supuestamente Sporting el favor al Racing, en una temporada que acabó con el Deportivo en Segunda.