El día de descanso y reflexión le sentó bien a José Alberto. Ayer se volvió a ver en Mareo la versión más enérgica y más activa del técnico rojiblanco. Si el pasado domingo, en la resaca del partido ante el Alcorcón, se le veía muy cabizbajo, serio y sin casi palabras, la vuelta al trabajo le ha servido para manifestar su fortaleza. No se rinde el técnico, que el sábado podría verse abocado a perder el puesto si pierde en Elche. Ayer, en una sesión de trabajo abierta al público, se recuperó la versión más intensa de José Alberto, muy encima de sus jugadores, que respondieron a ese llamamiento. Fruto de ese aumento del ritmo hubo varios sustos. Primero con sendos choques entre Javi Fuego y Gragera, en los que ambos se acabaron pisando al ejercer la presión. Y después con un fuerte golpe en la cabeza sufrido por Babin, que le obligó a retirarse del entrenamiento en la parte final, tras un choque con Pablo Pérez.

La dura derrota ante el Alcorcón vino marcada por un mal planteamiento inicial del Sporting, que se vio superado en la primera parte. Le costó entrar al equipo en el partido. José Alberto no quiere verse desbordado otra vez. Por eso ayer incidió en la necesidad de darle más velocidad al juego, tanto en defensa como en ataque, y cubrir mejor los espacios. Ya no solo le preocupa al técnico la falta de efectividad de las primeras semanas de competición. El equipo ha dado muestras de debilidad en la retaguardia en los últimos partidos. Y el sábado, en el Martínez Valero, con Nino enfrente, la bestia negra del Sporting, José Alberto quiere extremar las precauciones. "Cerramos bien, no dejamos la puerta bien" y "Aprieta bien ahí" fueron dos de las frases más repetidas por el técnico en los primeros compases de la sesión.

Aunque el aspecto que más le preocupó a José Alberto, que ayer recuperó la chispa y la fortaleza, con muchas indicaciones y un potente chorro de voz, fue que sus jugadores también recuperasen esa energía de las primeras semanas. "Quiero desplazamientos y movimientos en defensa muy rápidos", le pidió el técnico a sus jugadores. "El rival no puede jugar fácil", insistió en el plano defensivo. "Cuando metemos intensidad y velocidad en los desplazamientos la cosa ya cambia", le aplaudió más tarde a sus jugadores, cuando cumplieron su petición de "darle mucha velocidad al balón" en las transiciones en ataque.

José Alberto siguió muy cerca el trabajo de la plantilla en unos ejercicios que se alternaron entre dos grupos, ante su atenta mirada. Consciente de que su situación peligra, trasladó ese mensaje a sus jugadores de elevar el nivel. Y le correspondieron. Hasta el punto de que en el tramo final hubo un susto con Babin, que hizo que se parase el entrenamiento tras su choque con Pablo Pérez. Tuvo que incluso saltar al césped el médico Gonzalo Revuelta, que acompañó después a la enfermería a Babin. El central, según el parte médico del club, sufrió una fuerte contusión en la cabeza y se encuentra pendiente de evolución.

En la vuelta al trabajo, tras la jornada de descanso, José Alberto solo tuvo dos ausencias. Una fue la ya conocida de Manu García, que ayer finalizó su estancia con la selección sub-21. La otra la de Álvaro Traver, que hizo trabajo al margen de sus compañeros, y que continúa recuperándose del esguince que sufrió en su rodilla derecha hace diez días en Fuenlabrada.