Molinero se fue de El Molinón con un chichón en el rostro tras un fuerte golpe en una disputa con Pablo Valcarce. "En el momento pensaba que no iba a poder continuar, pero lo que quería era ayudar al equipo", comentó el rojiblanco, que subió una imagen a redes sociales para agradecer las muestras de cariño. "Estoy bien, espero que sólo sea el golpe", escribió el toledano.