El partido de Copa ante el Zamora pasará a los anales de la historia negra del Real Sporting SAD -más triste ya imposible-, por deméritos propios. Y sin desmerecer con ello el más que digno y notable partido realizado por el líder del grupo VIII de la Tercera División española. Dos a uno para el conjunto dirigido por el joven entrenador vasco David Morilla y otro año más, en el que la Copa se vuelve un cáliz mortífero para el Sporting.

Ante los zamoranos se perdió por incomparecencia. Ni más ni menos, ni menos ni más. No hay excusas que valgan. Y mucho menos las rotaciones introducidas por José Alberto en el once que saltó al coqueto estadio Ruta de la Plata -ya quisieran algunos campos de Segunda sus instalaciones-. Cualquiera de los jugadores empleados por el técnico de la casa, en teoría debería ser titular indiscutible en el Zamora. Aunque por lo visto en la tarde noche de este infausto martes, sólo en teoría.

Si hay partidos que no merecen ni cuatro líneas para tratar de narrar lo que afortunadamente para algunos no pudo verse por televisión, el Zamora Sporting de esta novedosa Copa sería uno de ellos. Novedosa por el formato, que no por el resultado para los rojiblancos, que vienen temporada tras temporada despreciando un torneo que otrora proporcionara grandes satisfacciones a la parroquia sportinguista.

Y es que de poco o nada vale ya hablar de tácticas o de discutir si José Alberto en esta ocasión se decantó por un 4-4-2 o por un 4-2-3-1. Lo cierto es que jugadores que deberían haber dado un paso al frente, ante la oportunidad que se les ofrecía de reivindicarse, dieron la espantada por respuesta. No hace falta ni decir nombres.

Porque hay encuentros que aunque pueda sonar a bravuconada, deberían ganarse aunque el entrenador se fuese de tertulia a la cantina del estadio de turno. De lo contrario, no deberían existir las diferencias salariales que se dan entre algunos jugadores que han llegado a militar en Primera División y los que pelean por ganarse las habichuelas en categoría semiprofesional.

Si nos atenemos a las declaraciones de José Alberto a la conclusión del partido, el Sporting tiró la primera parte y en la segunda le faltó el gol. Para los que presenciaron in situ el encuentro, la realidad es que el Sporting tiró por completo el partido, ante un Zamora que por momentos le barrió sobre el campo, con aperturas a las bandas que dejaron en evidencia uno de los grandes males de esta plantilla 'made in Torrecilla'. Que cada palo aguante su vela.

Más interesantes de analizar serían las ofrecidas por el técnico local, radiante como no podía ser de otro modo, y hurgando aún más si cabe en la herida, al indicar que por fortuna el Sporting había optado por convocar hasta a diez jugadores de la primera plantilla, cuando el filial rojiblanco en esta misma pretemporada, allá por el mes de agosto, les había metido cinco goles a los zamoranos.

Como siempre habrá quien trate de minimizar y quitarle importancia a este batacazo en toda regla, recurriendo al socorrido tópico de que la Liga es lo que importa. La única pega es que en el torneo liguero, de no ser por las últimas dos victorias logradas de aquella manera, el Sporting podría correr serio riesgo de estar en un futuro no muy lejano, mucho más cerca del Zamora de esas dos categorías que en el presente les separan.

Poco o nada bueno así se puede extrar del partido ante el Zamora. Y difícilmente se podría destacar a ninguno de los jugadores sportinguistas. Quizás al "local" Cristian, aunque en una posición que no es la suya, para dar con ello entrada a un Hernán, que también fue de lo poco salvable en un partido de vergüenza ajena.

El tardío gol de Isma Cerro puso algo de incertumbre a un partido cuyo justo resultado fue el que finalmente otorgó la clasificación a los zamoranos, que ahora suspiran por cruzarse por uno de esos grandes clubes de Primera, que un año más no visitarán la vera del Piles.

Con esta sonrojante eliminación a las primeras de cambio en la Copa del Rey, veremos cómo recibe la afición sportinguista al equipo en su próximo choque en El Molinón Enrique Castro 'Quini' este sábado, ante un Extremadura que aun ocupando puestos de descenso, no deja de ser un equipo de Segunda. Visto lo visto ante uno de Tercera -y sobre todo lo no visto-, hay motivos más que suficientes para la preocupación. Veremos si podemos disfrutar de una fiestas navideñas en paz. Parece ya complicado pase lo que pase.

Post Scriptum: por más que debutase unos minutos con el primer equipo, no parece que el de hoy fuese el partido más indicado para que el prometedor canterano César, fuera uno de los elegidos para atender a los medios de comunicación tras el nubifragio copero. Ni él ni tampoco Unai Medina. En días así, los capitanes deben demostrar que el brazalete no es un mero adorno en la camiseta.