El post partido de El Molinón tras el encuentro ante el Extremadura se parecía mucho al que hubiese tenido lugar si el Sporting hubiera firmado una sentencia capital. Los jugadores abandonaron uno a uno el coliseo gijonés entre caras largas y sin hacer mucho ruido. Alguno de ellos no quiso o no pudo ni atender a los periodistas en la zona mixta. Carlos Cordero fue uno de ellos. El defensa, autor del autogol que dio la victoria al Extremadura, estaba muy triste y en su rostro se veía. El defensa además es extremeño para más inri.

"No veo motivos por los que dudar del entrenador en estos momentos", dijo Babin antes de abandonar El Molinón. El defensa defendió a ultranza a su entrenador. El de Martinica espera que las cosas cambien y admitió que al entrar en el vestuario se encontró "con un cementerio".

"Quedan seis meses y tenemos que resetear. No estamos siendo lo regulares que tenemos que ser", explicó el defensa central. Ayer, una jugada con Babin de por medio terminó con el gol del Extremadura, anulado finalmente por el VAR. El defensa espera que, tras el parón navideño, él y sus compañeros vuelvan "con las pilas cargadas". El Sporting no se entrenará hoy ya y los jugadores disfrutarán de un descanso que, si bien les pertenece por trabajo, no parece que se lo hayan ganado en el terreno de juego.

Otro que se fue triste del terreno de juego fue Pedro Díaz. "No sé qué decir, nos vamos al parón a intentar que sea un borrón y cuenta nueva. No estamos bien", explicó el canterano. La defensa de José Alberto también llegó tras las palabras del centrocampista. "Somos un grupo, el entrenador está dolido, es normal", decía Pedro antes de conocer la destitución de José Alberto.

El autor del gol, Aitor García, se fue del terreno de juego triste por la derrota y "por no haber encontrado la tercera victoria seguida que nos vendría muy bien ahora mismo".