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Mi cromo rojiblanco

Graff, un acierto de lateral

El defensa llegó gratis desde la Liga holandesa y se ganó el respeto de la grada con su carácter l Abrió una sidrería en Gijón

Graff, un acierto de lateral

Pocos fichajes ha habido tan lucrativos en la historia del Sporting como el del "Pato" Graff. El lateral zurdo llegó con la carta de libertad bajo el brazo en el verano del año 2000 a Mareo. Lo hizo desde el Den Bosch holandés. Su pase era propiedad del Feyenoord y su primer club había sido Rosario Central. Cuando se marchó del Sporting dejó en las arcas rojiblancas 200 millones de pesetas, perdonando además el 40% de ese traspaso que le pertenecía por contrato.

El Pato no llegó solo, con él vino otro argentino, el Pirulo Rivarola. Ambos venían para cubrir la banda izquierda. "Graff era un gran lateral, de un 8 por partido, con mucha entrega y sacrificio. Rivarola era más técnico y podía jugar más arriba, pero el carácter del Pato le hacía un gran jugador", explica Pepe Acebal, ex entrenador de ambos jugadores en el Sporting.

Graff firmó por 4 temporadas en Gijón, pero solo cumplió una de ellas. A sus 24 años y tras una gran campaña, los equipos de Primera comenzaron a llamar a su puerta. "Tenía unas condiciones y unos conceptos futbolísticos muy buenos. Era muy cumplidor y un gran compañero", recuerda Raúl Lozano. Algo muy parecido guarda en su retina Isma Piñera. Para el canterano se trataba de "un compañero fiable, que aportaba muchísimo a la defensa y que nos ayudó mucho a estar arriba".

Cuando Graff llegó a Gijón, Argentina vivía un proceso de incertidumbre económica tremendo. El famoso corralito hizo que muchos argentinos perdieran sus ahorros, su capacidad adquisitiva y parte de su futuro. La familia Graff también pasó por aquellos duros momentos y el Pato no se lo pensó dos veces. Desde Buenos Aires llegaron muchos de sus familiares y entre ellos y con la ayuda de Patricio montaron en la Avenida de la Cosa una sidrería.

Su marcha al Rayo no fue sencilla. La primera oferta vallecana no convenció al Sporting, que pedía 300 millones de pesetas o lo que es lo mismo 1'8 millones de euros. El argentino, confiando en sus posibilidades, había firmado una cláusula por la que percibiría el 40% de un posible traspaso. Al final el jugador no hizo uso de esa cláusula y el Sporting aceptó la suculenta oferta de 200 millones íntegros para el club. Graff se fue de Gijón deseando volver: "Me gustaría disfrutar de Primera y luego terminar mi carrera deportiva en el Sporting". Tal sueño nunca se cumplió, pero ahora que ha comenzado su carrera de entrenador, quién sabe si volverá por Mareo.

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