En los prolegómenos del encuentro, en el estadio de Los Pajaritos, por la megafonía sonaba a todo volumen música del gusto de los más viejos rockeros. Temas de ACDC y de Guns N'Roses que parecían querer intimidar a los sportinguistas en su calentamiento previo al partido.

Entre ellos también algún 'viejo rockero' del fútbol, como Carmona o Javi Fuego, de nuevo presentes en la alineación inicial, aunque no ya tanto durante el desarrollo del juego.

No sorprendió a nadie Djukic con su once titular, situando a Molinero como lateral izquierdo a pierna cambiada, y volviendo a repetir con el canterano Bogdan en el lado opuesto de la defensa rojiblanca.

Un inicio fulgurante por parte del Sporting, que apenas duró un par de minutos, dejó paso a los clásicos momentos de tanteo, hasta que en el minuto 7, se produjo el primer contratiempo en forma de lesión, precisamente de Molinero.

La acción, muy aparatosa y aparentemente involuntaria, dentro del área del Numancia, no mereció en cualquier caso revisión alguna por parte del VAR. La mejor noticia sin embargo, llegó después al conocerse que todo se quedó en un susto, aunque Djukic se vio obligado a realizar su primer cambio, entrando como hiciese ante el Elche, Unai Medina, el ex del Numancia, y que fue recibido entre aplausos.

Casi de forma inmediata tras reanudarse el juego, llegó el primer saque de esquina a favor de los numantinos, quizás como consecuencia del desajuste que aún habían en la zaga sportinguista. Se cumplía el minuto 13. En él, Higinio demostró su condición de pillo goleador, anticipándose en el primer palo a Babin, para cruzar con precisión al poste contrario. Inapelable.

Sin tiempo casi para lamerse las heridas, Uros recibe una asistencia por parte de un defensor local, que le deja uno contra uno frente a Dani Barrio, el cancerbero gijonés del Numancia. El delantero serbio le pega mordida y el balón acaba en el fondo de la red. Sin embargo, el VAR entra acción, revisándose una presunta mano de Uros. El toque en el brazo existe, la norma es la que es. Pero aun así sigue siendo absurda.

Tocaba así remontar a un equipo que no sabe lo que significa esa palabra. Y encima frente a un conjunto como el Numancia, que ostenta este año el privilegio de ser el equipo menos goleado en su feudo.

El partido entra en un periodo donde el Numancia se siente cómodo bien cerrado atrás, mientras que el Sporting es incapaz de traducir sus llegadas en ocasiones claras. Los jugadores que deberían aparecer en el centro del campo, no dan señales de vida. Tampoco Manu aparece todo lo que el equipo necesitaría, mientras Uros arriba, sigue siendo el mismo islote que ya lo era con el anterior entrenador.

Únicamente un error de Dani Barrio, en un tiro desde fuera del área de Aitor, sirvió para llevar algo de nerviosismo a la parroquia local. El onubense lo volvió a intentar llegada la media hora de juego, pero sin fortuna.

Los problemas en el juego aéreo del Sporting, comienzan a ser más que patentes. Con tal fragilidad cada jugada en contra es un sufrimiento para el aficionado rojiblanco.

Se llega así al descanso con una victoria mínima para el Numancia, quizás excesiva para los méritos y deméritos de unos y otros. Los

En el minuto 53 llega el segundo cambio, con un apagadísimo Carmona que se retira, dejando su lugar a Alvaro Vázquez. De este modo, el Sporting pasa a jugar con dos hipotéticos delanteros, desplazándose Aitor a la banda derecha, y cayendo Manu a la izquierda.

Con casi media hora por jugarse, Djukic agotó todas las sustituciones, relevando a Pedro Díaz (no fue el mejor día del canterano), para sorpresivamente dar entrada a un Nacho Méndez, que llevaba tiempo sin participar. Fueron las combinaciones entre Nacho y Manu de lo poco que puede salvarse del Sporting en el aspecto creativo.

Pudo equivocarse Djukic a la hora de elegir el momento para realizar este último cambio, justo cuando el Numancia se disponía a lanzar una falta. La suerte fue que por primera vez desde que el Sporting se enfrenta al VAR, éste decidió anular el que hubiera sido 2-0 para los locales, al apreciar una mano antes de que el balón se fuese al fondo de la meta defendida por Mariño. Jugada en todo caso de nuevo mal defendida.

No sirvió esta decisión como motivación para que el Sporting se fuera con claridad a por el empate. Al contrario, lo hacía con una parsimonía que facilitaba la brillante de por sí defensa numantina. Ni siquiera en las jugadas a balón parado a favor, logró el Sporting inquietar la portería rival.

En los últimos minutos el Numancia, evitando asumir más riesgos de los necesarios, adelantó un poco su línea defensiva. Y encontró el premio a su valentía en un golazo, obra de Curro, en el minuto 81, al aprovechar de manera espectacular un balón que le había llegado a la frontal del área, fruto de un mal de espeje.

Demasiado castigo para el Sporting, que sin comerlo ni beberlo, se encontraba cómo el Numancia le impartía una lección a cerca de la efectividad máxima a la hora de aprovechar las pocas ocasiones que se generan en esta Segunda División. Claro que para ello, hay que tener los jugadores indicados.

Con su victoria el Numancia se mete de nuevo en puestos de playoff, mientras que el Sporting reza para que los resultados le sean favorables, y no tenga que recibir el próximo sábado al Fuenlabrada, de nuevo con el agua al cuello.

Mucho trabajo le queda a Djukic (segunda derrota consecutiva a domicilio) y no parece que tenga muy claro lo de recurrir a un plan B. Para él bien pudiera ir dirigida una de esas canciones que sonaron antes del pitido inicial: "Wellcome to the Jungle".

Post Scriptum: se ha hablado y mucho de las palabras de José Alberto, en sendas entrevistas concedidas durante esta semana. Más allá de lo oportuno o más bien, inoportuno de las mismas, puede que hayan levantado más de una ampolla en la planta noble. Ya se sabe que hay verdades que duelen.