A Djukic le pilló en la recta final de su carrera y a Baraja en el inicio de su época dorada. Pero ambos disfrutaron de una gran época en Valencia. Este viernes (21.00 horas, Gol Televisión) se medirán en el Heliodoro Rodríguez López. Baraja al frente del Tenerife, en el que será su reencuentro con el Sporting, al que entrenó once meses (de diciembre de 2017 a noviembre de 2018). Y Djukic dirigiendo al Sporting, al que llegó hace solo un mes. Ambos tienen la difícil tarea de sacar a sus equipos de la zona baja de Segunda. Tenerife y Sporting son dos históricos que no pasan por su mejor momento. Y ahora tienen en sus banquillos a dos antiguos compañeros de vestuario, que en el año 2002 llegaron a celebrar la penúltima Liga que consiguió el conjunto de Mestalla. "El fútbol era su profesión y su pasión. Se veía que seguirían en él, era fácil intuirlo", coinciden en señalar a LA NUEVA ESPAÑA los porteros Cañizares y Palop, que compartieron vestuario con los dos en Valencia. "Eran dos compañeros extraordinarios, no me extraña que sus carreras hayan acabado en los banquillos", subraya Palop.
Djukic llegó al conjunto naranja en 1997, procedente del Deportivo, y estuvo hasta 2003. En seis temporadas ganó cuatro títulos: Liga, Copa del Rey, Supercopa e Intertoto. Baraja aterrizó en el año 2000, desde el Atlético de Madrid, y estuvo diez temporadas, con cinco títulos: dos Ligas, una UEFA, una Copa del Rey y una Supercopa de Europa. En realidad estuvieron tres años compartiendo vestuario, pero los dos se empaparon de la idea futbolística de Rafa Benítez, el sucesor de Héctor Cúper y Ranieri en Mestalla.
"A los dos le marcó Rafa Benítez, como lo hizo mucho en todos los de aquel equipo. Por eso en Djukic y Baraja, en su personalidad y su fútbol, se refleja en lo que hizo Rafa, pero con matices", relata Cañizares. "Benítez ha sido una pieza clave para inculcarnos la labor de ser entrenador y despertarnos ese gusanillo. Los dos tienen comportamientos parecidos a él", apunta Palop.
El Pipo estuvo en el Sporting once meses. Llegó para revivir un equipo tocado, que no carburaba con Paco Herrera, y estuvo a punto de ascenderlo en 2018 a Primera, pero el Valladolid se le cruzó en el camino de los rojiblancos en el play-off. La temporada siguiente empezó con buen pie, pero el equipo se fue desinflando, y una derrota en el derbi ante el Oviedo, en una mala racha, le costó el puesto. Ahora lleva seis partidos de Liga al frente del Tenerife, con solo dos victorias, pero ha llevado a los suyos a octavos de final de Copa.
"A Baraja lo veía como un líder, fue capitán, tenía un enorme carácter y una personalidad increíble. Era de los jugadores que hablaban y gustaba escuchar. Te transmitía cosas importantes y situaciones que te ayudaban a crecer", explica Palop sobre El Pipo. "Era más pasional y más enfadica, pero a la vez contaba con una personalidad agradable", resalta Cañizares.
Djukic lleva apenas un mes en Gijón. Dos victorias y dos empates es su balance. Su Sporting ha cogido aire, pero en Tenerife necesita un buen triunfo ante un rival de la zona baja, y con el aliciente además de encontrar el serbio su primer triunfo de rojiblanco. "Djukic era muy profesional, era muy difícil que algún día no entrenase. Tenía mucha energía, pese a que tenía ya una edad entrenaba como el que más", analiza Cañizares sobre el actual entrenador del Sporting. "Le gusta el fútbol desde el punto de vista técnico, y a Baraja más desde la táctica", añade antes de contar que "con Djukic tuve un problema, que arrastramos un tiempo por inmadurez, pero luego limamos las asperezas".
Palop, por su parte, explica sobre el serbio que tenían mucho trato en el campo: "Entendía muy bien el fútbol. Teníamos mucha comunicación y siempre tenía una opinión para responder a situaciones que podían darse en el campo. Como entrenador todo eso lo ha asimilado muy bien".
