Aitor fue protagonista por el interés del Eibar en ficharle. Después por decir que no había tenido ningún enfrentamiento en el vestuario. Y ayer por ser titular e irse enfadado al ser sustituido. Djukic se acercó a darle la mano, pero Aitor siguió caminando hacia el banquillo. Tras el partido negó que se enfadase, pero "en caliente", al salir del terreno de juego, sí evidenció su malestar.
En su sexto partido seguido de titular, todos ellos coincidiendo con la etapa de Djukic en el banquillo, Carmona dio un paso más, y volvió a reencontrarse con el gol. Desde marzo del pasado año, en Córdoba, casi once meses, no perforaba la meta rival. Ayer lo hizo en los primeros compases del partido. Lo celebró a lo grande, se quitó un peso de encima y se liberó. Carmona, diluido durante gran parte del curso, volvió a sentirse cómodo, más participativo, y reconciliado con la grada. Fue despedido con una ovación cuando le dio paso a Murilo, que le sustituyó para debutar.
