En un partido que era una verdadera final para los dos equipos que se medían, aunque quizás lo fuese un poco más para el Racing que para el Sporting, el equipo sportinguista, apoyado en las gradas de El Sardinero por cerca de 3000 aficionados rojiblancos, por fin pudo brindarle una victoria a domicilio a su fiel hinchada.

Una inoportuna lesión de Babin, cuyo alcance se conocerá este lunes, obligó a Djukic a introducir cambios en la defensa. Volvía así a la convocatoria Borja López, con lo que la duda sobre quién sería el compañero de Marc Valiente en el centro del defensa, se debatía a priori entre el propio Borja o tal vez Cristian Salvador. Sin embargo a la hora de la verdad, Djukic sorprendió a propios y extraños situando en el eje de la zaga a Molinero.

No fue el único cambio que introdujo en un once, cuya disposición sobre el césped volvió a mostar un único punta en ataque (el elegido para la ocasión fue Alvaro Vázquez), con Manu García de nuevo en la demarcación en la que más cómodo se encuentra y en la que ofrece mayor rendimiento: la mediapunta.

Con Murilo y Carmona actuando ambos a pierna cambiada por las bandas, el centro del campo lo ocuparon la ya habitual pareja conformada por Pedro Díaz y Cristian Salvador. Volvió de este modo de nuevo a la suplencia Aitor García. La llegada del brasileño está claro que ha ampliado la competencia en la plantilla. Bienvenido sea.

Empezó un tanto descafeinado el partido, con unos primeros minutos de tanteo (por no decir insulsos) donde ninguno de los equipos conseguía imponerse a su rival, ni acercarse con excesivo peligro al área contraria. Pero poco a poco fue el Sporting quien fue creciendo y metiendo a los santanderinos en su área. Mérito tanto de Murilo como de Carmona.

Tuvo el mallorquín la primera ocasión verdaderamente clara del encuentro mediada la primera parte, tras una salida en falso del portero racinguista, Luca Zidane. Su remate de cabeza, un tanto defectuoso se fue rozando el larguero.

Cuando se cumplía la media hora, una gran asistencia de Manu García, permitió a Murilo plantarse ante Luca. Sin embargo, en lugar de definir con su pierna buena, el brasileño optó por el regate para rematar luego con la derecha, permitiendo con ello la llegada de un jugador local que salvó bajo palos lo que parecía el primer gol del Sporting.

No perdonó Murilo la siguiente oportunidad que tuvo en sus botas, de nuevo tras toque sutil y preciso de Manu García. En esta ocasión el que ya es nuevo ídolo de la afición, definió de primeras con el interior de su pie izquierdo, para cruzar al palo contrario, lejos del alcance del guardameta cántabro. Corría el minuto 39 y el Sporting, volvía por fin a ponerse por delante en un partido lejos de El Molinón.

Se llegó así al descanso con una merecida ventaja para los rojiblancos (hoy de negro, aunque con pantalón y medias rosas). No pareció sentarle bien la pausa al Sporting, pues desde que balón se puso nuevamente en juego, se vio a un Racing con una ambición muy distinta a la ofrecida en los primeros cuarenta y cinco minutos y a un Sporting incomprensiblemente metido atrás.

Bien es cierto que la posesión de balón del cuadro racinguista apenas se tradujo en ocasiones claras de peligro para la meta de Mariño, quien apenas fue inquietado por los delanteros locales, a los se unió el viejo conocido de la parroquia rojiblanca: David Barral.

Viendo el panorama que había adquirido el partido, Djukic decidió mover el banquillo, dando entrada a Javi Fuego por Pedro Díaz en el minuto 65. Un cambio de marcado carácter defensivo, y que hizo temer por mayores agobios para mantener el resultado que los que en realidad se vivieron.

Por si fuera poco, en el minuto 70, y tal como aclaró el propio entrenador en la rueda de prensa posterior al partido, unas molestias de Manu García, hicieron que el serbio tuviese que retirar al ex canterano, dando entrada a Aitor García.

Fue precisamente el onubense el protagonista de la jugada que aunque con suspense (y VAR) de por medio, permitió respirar a toda la Mareona en el minuto 84. Un disparo suyo tras pase de Uros (el serbio había entrado por Álvaro unos minutos antes), fue repelido con la mano por un defensor racinguista dentro del área. Primer penalti para el Sporting tras 28 jornadas. Todo un récord. El encargado de transformarlo fue Carmona, llevando el alboroto y la alegría a toda esa gente que había acompañado al equipo hasta Santander.

Con el partido más que visto para sentencia no hubo apenas tiempo para más, a pesar de largo descuento con motivo de la citada revisión del penalti. De tal forma que el Sporting fue capaz frente al colista (que demostró a las claras el porqué de su situación), de poner fin a su sequía a domicilio. Y es que no ganaban lejos de la vera del Piles desde el pasado año, cuando a mediados de diciembre, habían logrado derrota al Lugo en su feudo.

Con esta importantísima victoria, el Sporting vuelve a poner tierra de por medio con los puestos de descenso, que siendo honestos, sigue siendo el primer objetivo. No obstante este próximo viernes los de Djukic tendrán la gran oportunidad ante el líder (que llegará a Gijón tras caer derrotado en casa en esta última jornada) para quién sabe si conseguir devolver parte de toda esa ilusión que a principios de temporada, el sportinguismo mostraba por este equipo.

El juego no es que invite al optimismo, pero ya se sabe que en esta Segunda, con un par de resultados que se logren encadenar, todo puede cambiar como de la noche al día. Ojalá sea así, y haciendo honor a las palabras del eterno Preciado, recordado como era de obligado cumplimiento en Santander, pueda volver a salir el sol para una afición que ciertamente no se merece lo que está padeciendo en los últimos años.

Post Scriptum: aún es muy pronto para valorar el rendimiento del flamante refuerzo invernal del Sporting, aunque de momento no haya podido empezar con mejor pie. Quién sabe si además de para salvar un temporada, pudiera servir también para salvar alguna cabeza. Ver veremos.