Fali Ramadani y Nikola Damjanac son los principales investigados en la "Operación Lanigan", en la que agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil y personal de la Agencia Tributaria buscan el origen de los 10 millones de euros supuestamente blanqueados en una red de compra y venta de jugadores realizados en la Liga española. El fraude se realizaría a través de presuntos "fichajes ficticios" desde el club chipriota Apollon Limassol.

Los fichajes de los que se ha requerido información son los de Jovic por el Real Madrid, Kalinic y Savic, por el Atlético, Seferovic, de la Real Sociedad, Jovetic y Konoplyanka del Sevilla, Musonda, del Betis, Radoja, del Celta, Coric del Almería, Sadiku, del Málaga y Levante, Zdjelar, del Mallorca y Secpovic, del Sporting.

La UCO precisa que ni los clubes ni los futbolistas están imputados, ya que la investigación se centra en los representantes de la agencia Primus Consultan, antes Lian Sport, es decir, Fali Ramadani y Nikola Damjanac. También están investigadas otras dos personas con vínculos familiares con ellos. Los investigadores de la UCO realizaron una serie de peticiones a la entidad rojiblanca por el fichaje y la posterior venta de Stefan Scepovic. El jugador serbio llegó a Gijón en 2013 en calidad de cedido por Lian Sports, empresa que tenía sus derechos, pero el Sporting decidió ejercer la opción de compra que se había estipulado en el contrato por un millón de euros.

Las citadas fuentes han señalado que el Apollon Limassol es un club de fútbol chipriota que fue señalado por Football Leaks, la web que ha destapado varias tramas de corrupción en el mundo del fútbol. El máximo accionista de este club es el agente israelí Pini Zahavi, que fue un intermediario clave en el fichaje de Neymar desde el Barcelona al Paris Saint Germain.

El entramado destapado para el blanqueo de capitales sitúa a la agencia Primus Consultants al frente de una operativa en la que se hacían con la representación de jóvenes promesas de Europa del Este. En el complejo entramado societario jugaba un papel fundamental el club chipriota debido a las ventajas fiscales de este país y a que ofrecía "fichajes ficticios" para revalorizar a los jugadores. La investigación se remonta a 2017, cuando el Instituto Armado tuvo conocimiento que estos dos agentes vinculados a una de las agencias de representación de futbolistas con mayor volumen de negocio en Europa habían adquirido unas lujosas viviendas en Calviá, utilizando para ello un complicado entramado societario para ocultar la verdadera titularidad de las mismos.

Tras realizar un seguimiento del origen del dinero a nivel internacional se pudo descubrir cómo estos agentes formaban parte de una organización criminal que realizaba fichajes ficticios y que tenía capacidad de controlar diversos clubes de fútbol de países como Serbia, Bélgica o Chipre.

La semana pasada se autorizaron registros en domicilios y sedes de empresas, así como medio centenar de requerimientos de documentación a múltiples sociedades, bufetes de abogados y clubes de fútbol. Los dos agentes de futbolistas habrían introducido en nuestro país una cantidad superior a los 10 millones de euros para adquirir sus viviendas, yates y mantener su elevado nivel de vida.