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La emoción del reencuentro con El Brujo

Sesenta aficionados del Sporting recuerdan a Quini en su espacio de El Molinón: "Se pone la piel de gallina al oírle y verle otra vez"

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Visitantes al Espacio Quini

Eduardo García ya conocía el Espacio Quini de El Molinón. Pero cuando se enteró que existía la posibilidad de visitarlo ayer, en el día en el que se cumplía el segundo aniversario de su muerte, llamó a su padre y los dos se apuntaron. "Es una pasada y algo muy emotivo estar aquí en un día tan señalado. Después nos iremos a La Carriona a visitarle", explica. Cerca de ellos, siguiendo una de las cuatro visitas programadas ayer, para un total de 60 aficionados, estaba Paula Besteiro. "Fui una de las primeras en traerle un ramo cuando murió, y quería venir a conocer esto en un día especial. Es una pasada", cuenta esta seguidora, a la que se le hizo un nudo en la garganta al empezar la visita, cuando aparecía un holograma del propio Quini, dándoles la bienvenida. "Fue emocionante oírlo. Recordé los momentos que viví junto a él", explica Alicia Bustos, trabajadora de seguridad en El Molinón, y que ayer aguantó las lágrimas. "Volveré y lo haré con mi hijo. Merece mucho la pena", añade.

El club rojiblanco habilitó ayer cuatro turnos gratuitos para los aficionados, en un día en el que el recuerdo de Quini estaba muy presente. Alejandro y Laura Sánchez, dos hermanos de 21 y 17 años, acudieron junto a su padre, Eduardo, que sí tuvo la oportunidad de verle en directo. "No hay comparación con cualquier jugador de los que hay ahora", explica el mayor de ellos.

Porque esa visita sirvió para unir en un mismo sentimiento a padres e hijos, y esa pasión por El Brujo trasladada de generación en generación. "El equipo de su época era buenísimo, pero Quini estaba un pelín por encima del resto", rememora Miguel García, ante la atenta mirada de su hijo Eduardo. "En casa siempre me contó que Quini olía la red y que no perdonaba", añade antes de dar su visión de la sensación que vivió en un día especial. "Se me puso la piel de gallina al oírle hablar y verle. No sabía si aplaudir cuando acabó, como cuando le ovacionaba por sus grandes partidos", subraya.

El mismo tributo siempre

"Debemos recordarlo en todos los aniversarios y momento. El tributo a Quini debe tener siempre la misma fuerza". Paula Besteiro conocía a Quini de cuando visita Deva, la parroquia en la que vive la aficionada. "Era muy querido por todos los jugadores y seguidores", comenta antes de reconocer que le gustaría, pero que se siente sin fuerzas, para ir al cementerio de La Carriona en Avilés.

También esa cercanía con El Brujo la revivieron ayer Alicia Busto y Lucía Santos, que se cruzaban con él por El Molinón en los días de partido. "Era familiar y tan grande como persona, que este espacio se queda hasta pequeño para recoger todo lo que significaba. Me costó contener la emoción", dice la segunda de ellas. "Te veía una vez y a partir de ahí ya te saludaba como si te conociese de toda la vida. Era muy cercano", apunta a su lado Busto.

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