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Goles solidarios al virus

Alnair Vivanco ayuda a llevar veinte toneladas de comida donadas por la Fundación del Sporting a familias en apuros y entidades solidarias

Carmen Álvarez, Milagros González y Alnair Vivanco, en la entrega de más de 400 litros de leche el pasado miércoles en la Congregación de las Siervas de Jesús de la Caridad, junto al obsequio de una camiseta del Sporting para las religiosas. IRMA COLLÍN

En más de una ocasión en estos dos últimos meses la emoción se apoderó de Alnair Vivanco. Le tocó vivir momentos duros, ver de cerca a familias en situaciones muy complicadas. Pero la fortaleza y satisfacción de poder aportar su grano de arena para ayudar en esta pandemia a familias golpeadas por la crisis que les ha dejado sin recursos fueron el argumento para seguir con su labor desinteresada de voluntaria de la Fundación del Sporting. Any, como la conocen, reside en Oviedo, es natural de Cuba y tiene a su hijo Alejandro, de 5 años, jugando en la Escuela de Fútbol de Mareo. Con la crisis del covid-19, la Fundación inició un proyecto solidario con el que ya ha donado veinte toneladas de alimentos por toda Asturias. Y Any es una de las voluntarias encargadas de llevar esa ayuda a unas 200 familias y asociaciones solidarias que la distribuyen a todos aquellos que se encuentran en apuros.

"Es duro, me emociono, se me saltan las lágrimas cada poco. El otro día me llamó una chica para decirme si podía conseguirle un carrito para un bebé". Alnair Vivanco explica la sensación que ha vivido estos meses, en los que le ha tocado afrontar de forma directa el trato con muchas familias que se han quedado sin recursos. "Se ve a personas en situaciones límite, que no han cobrado del ERTE, y salvo que estén en una situación extrema o muriéndose de hambre no acuden a coger su bolsa de comida por vergüenza, y a muchas de ellas vamos a sus casas a llevárselo", explica esta voluntaria.

Esta semana les tocó llevar un nuevo reparto de leche. Más de 400 litros fueron a parar a la Congregación Siervas de Jesús de la Caridad, situada en la calle Uría de Oviedo. Una entidad que integran once monjas que antes ofrecían ayuda a domicilio, pero que desde hace seis años, debido a la avanzada edad de muchas de ellas, han pasado a proporcionar desayunos.

"Antes dábamos unos 100 desayunos a personas sin techo, pero ahora, por el virus, a la mayoría las han llevado a un centro de acogida. Lo duro de todo esto es que ahora seguimos dando la misma cantidad, pero han venido muchas personas que se ve que les ha afectado esta situación y no han tenido más remedio que acudir", cuenta Milagros González, madre superiora de la congregación, que se puso en contacto con la Fundación del Sporting para solicitar la ayuda en forma de alimentos. "Hay más gente necesitada. Cuando esto pase será más duro, porque a los 100 de antes se sumarán los de ahora, y nuevos casos que irán surgiendo", subraya.

En estos dos meses la Fundación ha donado 20 toneladas de alimentos (16 de ellas de leche). Un apoyo para cerca de 200 familias, así como para entidades sociales de toda la región que sirven de nexo para conectar con las personas en apuros. También han proporcionado alimentos a la Cocina Económica, Cruz Roja, el albergue Covadonga, geriátricos y otras entidades sociales de toda la región.

"Emociona y es duro, pero te da mucha fuerza para seguir apoyando. La satisfacción de ver lo que sirve tu ayuda no se paga con nada", explica Alnair Vivanco, que cuando anunció el primer día la posibilidad de hacer repartos individuales de ayuda recibió "en torno a 75 peticiones, casi el triple de las que esperábamos", apunta. "Psicológicamente es duro. Es difícil aceptar una situación crítica. Por eso mucha gente recibe la ayuda directa antes que ir a recogerla", cuenta.

Pero muchos de ellos mantienen esa cercanía con entidades solidarias como la Congregación de las Siervas de Jesús de la Caridad. "Es de agradecer que el fútbol, con todo lo que mueve y representa para la gente, tenga esta parte solidaria. Es precioso este gesto del fútbol", indica Carmen Álvarez, otra religiosa, gijonesa de nacimiento: "Cuando era pequeña iba con mi padre y mis hermanos a El Molinón. Era tradición familiar. O ir a buscarlo al estadio cuando acababa con mi madre". Por eso le alegra que ahora, en un momento crítico, hayan recibido esta ayuda de la Fundación. "Ahora no sigo el fútbol, pero sí que me intereso por si ganan o suben. Si están los dos en Primera, tanto Sporting como Oviedo, la gente será más feliz, que es lo que hace falta en estos momentos complicados", concluye.

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