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CARLOS GARCÍA CUERVO| Exjugador y exentrenador del Sporting

"En Mareo hay una base, falta confianza para ver al jugador consagrarse"

"El Sporting tiene que tener al menos seis canteranos en el once y no trece fichajes, lo dice su historia"

Carlos García Cuervo Julián Rus

Lo ha sido todo en el Sporting: jugador, entrenador, secretario técnico y director de Mareo. Carlos García Cuervo (Gijón, 24-9-1946) recibe a LA NUEVA ESPAÑA tras el mostrador de la ferretería gijonesa en la que continúa al pie del cañón para valorar las incógnitas y cambios que rodean a su equipo en un escenario de vuelta a la competición tras más de dos meses de inactividad competitiva. La llegada de un nuevo director deportivo; la intención de volver a mirar a Mareo y la ausencia de público en El Molinón centran una conversación cargada de optimismo. El arquitecto de aquel gran Sporting de "los yogurinos" cree que el futuro pasa por hacer valer "la filosofía que ha definido al club durante los últimos cien años, la de mirar a la casa y no vivir de espaldas a la cantera como en los últimos años". Él mira también hacia arriba, hacia la oportunidad de terminar la temporada entre los seis primeros.

- ¿Qué Liga espera ante el inminente regreso de la competición?

-Poca gente sabe qué puede pasar a lo largo de estas jornadas que restan. Va a ser algo atípico. Veremos algo que ni nos imaginábamos. Fútbol sin espectadores, con partidos cada pocos días? Va a ser complicado. Espero que en este inicio ningún futbolista o técnico caiga enfermo, porque eso podría cambiarlo todo.

- El Sporting mantuvo una trayectoria irregular hasta antes del parón. ¿Le beneficia o le perjudica volver a partir de cero?

-En general, esto no le ha venido bien a nadie. Está claro que los grandes perjudicados son aquellos equipos que venían de enlazar grandes rachas de resultados. Empezar ahora una liga con una pretemporada realizada prácticamente sobre la marcha, en la que buena parte de ella se apoyó en el trabajo de los futbolistas en sus domicilios, algo que no corresponde a lo habitual, no es sencillo. Tenga en cuenta que hasta ahora los jugadores no han podido ejercitarse todos juntos, con todo lo que eso implica. Entiendo que es interesante retomar la Liga porque, entre otras cosas, los clubes están con premura de recibir dinero a través de televisiones y así podrán con sus pagos, pero? Lo hay que hacer porque lo hay que hacer, pero no es lo mejor para el fútbol.

- El Sporting está a cinco puntos de la promoción y a seis del descenso ¿Usted mira para arriba o para abajo?

-Quiero ser optimista. Quedan partidos suficientes como para poder engancharse a esa zona de promoción de ascenso. Serán importantes los resultados de las primeras jornadas. A ver si acompaña la suerte. La cosa está complicada, pero hay equipo para, al menos, intentarlo. Si hay alguna motivación para el jugador del Sporting, es esa. Lo demás motiva bien poco: salir a un estadio en el que normalmente hay más de veinte mil personas y, de repente, no ver nadie, eso lo va a notar. Y sobre todo, cuando hablamos de El Molinón, donde el peso de la grada no es igual que el de otros campos. Aquí hay una afición identificada con el equipo y jugar sin público es una clara desventaja para el Sporting.

- Especialmente, cuando el primer partido en casa será el derbi.

-Evidentemente. No me puedo ni imaginar cómo puede ser un partido tan importante como el del Oviedo sin afición en el campo. Creo que no hay precedente en la historia, que nunca se dio algo así. No tener el estímulo del público, por mucho que hagan las gradas o pongan sonido ambiente, es tremendo.

- ¿Vivió algo parecido en su etapa profesional?

-Ni de lejos.

- ¿Cómo se gestiona jugarse el futuro a once partidos en mes y medio?

-Va a primar el fondo de armario que tengas en la plantilla y la fortuna para evitar lesiones. Ya no sólo afrontarás problemas musculares por cansancio ante la condensación de partidos, también hay que sumar traumatismos o golpes que harán al futbolista perderse más de un partido cuando anteriormente no era así, porque se disponía de un mayor margen para la recuperación. La clave es involucrar a todos los futbolistas desde el principio.

- ¿Qué le pareció la salida de Torrecilla?

-Personalmente no tengo nada en contra de Torrecilla, ni de nadie, pero creo que su salida era una cosa cantada. Después de tres temporadas, aciertos no hubo muchos. Cambió la filosofía del club. De firmar a dos o tres jugadores se pasó a trece o catorce todas las temporadas. Eso no es como siempre ha trabajado este club. Y no hablo sólo de sus años. El Sporting tiene que tener seis o siete jugadores asturianos en su once inicial. No lo digo yo, lo dicen sus más de cien años de historia. En las últimas temporadas nos encontramos con la realidad contraria, la de ver alineaciones sin asturianos ni salidos de la cantera. Eso va en contra de la idiosincrasia. No se puede vivir de espaldas a la gente de la casa, y aquí se venía haciendo eso.

- ¿Cómo valora la llegada de Javi Rico?

-Estuvo en la casa como jugador, por lo que conoce perfectamente la filosofía. Creo que no llegué a entrenarle, porque cuando él estaba en el filial yo dirigía al primer equipo. Tengo confianza en él precisamente por eso, porque ha estado en Mareo. Ahora es momento para que adquiera los conocimientos de qué le hace falta al equipo. Tengo la esperanza de que si hay que fichar lleguen dos o tres, no catorce. Espero que pueda acertar.

- ¿Qué debe tener un director deportivo del Sporting para poder acertar?

-La confianza de los dirigentes. Eso es primordial o esencial. Hay que dar la confianza con plenos poderes, supervisándolo, pero haciéndole saber que tiene el respaldo. Si pones a alguien como un parche para ver qué pasa, difícilmente saldrán las cosas.

- Javier Tebas ha advertido de un mercado con pocos fichajes y mucha cantera.

-En Mareo hay una base, lo que falta es confianza y empuje para que el jugador dé con seguridad esos primeros pasos en el primer equipo para optar a consagrarse. Eso no es responsabilidad única del entrenador, lo es también de la gente que lleva Mareo.

- ¿Qué jugadores le gustan de los últimos dar el salto?

-Pedro Díaz me llena. Tiene calidad, se está esforzando y creo que es un futbolista con peso específico ya en la plantilla, no una promesa. Luego hay otros perfiles como el de Cristian Salvador que ves que pueden jugar en el Sporting y dar nivel.

- ¿Le gustaría Muñiz para el banquillo del Sporting la próxima temporada?

-Muchísimo. Tengo debilidad por él. Además de grandes condiciones como entrenador, es un chaval extraordinario. Sé los inconvenientes que le rodean: es de Gijón y a los de casa se nos mira de otra manera. Creo que se nos da menos margen que a un entrenador que viene de fuera.

- Como abonado del Sporting ¿qué opina de del criterio del Sporting para compensar los carnés?

-Si hay gente que necesita el dinero, hay que hablar con ellos y llegar a un acuerdo. Si se tiene que pagar, pues pagarles, aunque no sé cómo estarán las arcas del Sporting para hacer frente a ese dinero. Y si se puede ayudar al club, pues habrá que tirar de corazón y echar una mano también a la entidad. Ante esta situación todos debemos ayudarnos. No hemos llegado este punto por algo que ha provocado el Sporting, es un efecto que nos ha tocado a todos por la pandemia y que todavía no sabemos cómo vamos a salir de ello.

- ¿Usted renovará?

-Sí. El Sporting es corazón y yo soy sportinguista desde pequeño. De niño, con lo único que soñaba era con poder convertirme algún día en futbolista del Sporting. Lo conseguí y ahí me quedé. En mi época la máxima aspiración de mucha gente en Asturias era esa. El fútbol ya no es así, ha cambiado mucho. Ahora muchos sueñan con ir al Madrid o el Barcelona, y el Sporting queda como un trampolín para conseguirlo.

- Coincidió con Campanal, recientemente fallecido. ¿Qué pierde Asturias con el adiós de una figura como la suya?

-Me enfrenté a él con el Sporting cuando Campanal jugaba en el Dépor y luego, cuando dirigí al Avilés Industrial, también mantuvimos mucho contacto. Campanal fue una figura del fútbol a nivel europeo, no sólo a nivel nacional. Iba a rematar un córner y él llegaba de cabeza donde yo no lo hacía con los puños. Deportista y profesional nato, vivía para el fútbol. Se cuidaba desde que se levantaba hasta que se acostaba. Un modelo entonces de lo que ahora muchos buscan.

- ¿Cómo vive ahora el fútbol? ¿Echa de menos entrenar?

-Vivo el fútbol siguiendo el Sporting. Veo que hay exjugadores o exentrenadores que colaboran haciendo informes o dando un punto de vista sobre un jugador, y en eso, si se necesitase, sí me gustaría colaborar. Si Javier Fernández lo necesita, puede contar conmigo. Digo Javier porque es el presidente, pero me refiero a cualquier persona de la entidad. El Sporting, para mí, está por encima de todo.

- ¿Con qué momento se queda de su etapa en el club?

-Mi época más feliz como entrenador fue cuando estaba en los filiales. Llegar a un vestuario y ver a esos chavales, contagia. Siempre me nombran a jugadores de aquella época como Abelardo, Tomás, Arturín?. Yo acuerdo también de gente que no llegaron a la élite y era gente extraordinaria. Le diré nombres: Cudi, Jonás o Guti, que en paz descanse? En aquella época subieron al primer equipo 17 jugadores y mi mayor disgusto fue que no pudieran hacerlo todos, porque lo merecieron.

- Muchos siguieron su camino: Luis Enrique, en el banquillo de la selección y Abelardo y Tomás, juntos en el Espanyol.

-Siempre le dije a Abelardo que me cuidara de Tomasín (se ríe). Era como un hijo. Un fenómeno, gente de confianza que todo entrenador necesita en un vestuario porque sabes que no te va a engañar ni a traicionar.

- ¿Qué le diría al aficionado del Sporting en un momento como este?

-Estamos todos expectantes ante lo que va a pasar. Sería una alegría enorme ver al equipo meterse en promoción. Sería el mejor premio para la afición después de lo mal que lo estamos pasando. El fútbol ayuda, y mucho, psicológicamente. Ojalá empuje también para despejar esta nube tan negra que es el covid-19.

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