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Pachu lleva la fe del Sporting a Amieva

"El viaje a El Molinón es largo, pero merece la pena", dice el único socio rojiblanco del concejo oriental, que trabaja de taxista en Cangas de Onís

A Francisco Cimadevilla, conocido como "Pachu", le empezó a gustar el Sporting cuando era un niño y veía a Lediakhov y a Julio Salinas. En aquella época sus incursiones en El Molinón eran puntuales, hasta que poco después de cumplir la mayoría de edad, y de sacarse el carné de conducir, cogió el coche, junto a unos amigos, y empezó a plantarse ya de forma regular en Gijón cuando jugaba su equipo. Se hizo socio del club rojiblanco, pese a vivir en el concejo de Amieva (661 habitanes), en la localidad de Cien, a 92 kilómetros de El Molinón. "Pasaba más tiempo de viaje que en el propio partido, pero el Sporting enganchaba", reconoce Pachu, que actualmente es el único socio de Amieva del Sporting.

A sus 33 años, aunque sigue empadronado en Amieva, reside actualmente en Cangas de Onís, donde trabaja como taxista. Y ahora ha cambiado el plan de viaje y se desplaza en autobús a El Molinón. "Antes desde Amieva tardaba casi hora y media; desde allí hasta el Lieres (Siero) era todo carretera, y luego ya empezábamos la autovía hasta Gijón. Había que salir más de dos horas antes de casa y se volvía casi dos horas después. En total, entre el viaje y el partido eran más de seis horas cada quince días", dice este aficionado rojiblanco.

"Hay veces que si está mal tiempo o se juega muy tarde da pereza ir, pero en El Molinón se disfruta mucho, merece la pena este viaje", explica Pachu, al que le enorgullece ser el único socio rojiblanco del concejo. "Que el Sporting tenga presencia en casi todos los concejos de Asturias es lo que hace grande a este equipo", indica.

Allí en Amieva desde bien pequeño se aficionó al fútbol jugando con sus amigos. Ante la ausencia de equipo tuvo que sumarse al Cánicas para practicar deporte. Pero allí, en su concejo natal, siempre tuvo mucha piquilla. "En Amieva siempre hubo algún rojiblanco más, pero también gente del Oviedo. Hubo siempre piquilla, pero rivalidad sana, solo para provocarnos y estar algo animados", destaca Pachu.

Desde la distancia espera con ganas la vuelta del fútbol, aunque con la tristeza de no poder ir a El Molinón. "Espero que el equipo vuelva tras el parón algo más motivado, porque con el cambio de entrenador tampoco se notó mucho una mejora en la dinámica", resalta este aficionado rojiblanco de uno de los concejos más alejados del centro de la región y con menos habitantes, pero que es fiel desde hace más de una década a retirar cada verano su recibo de socio del Sporting.

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