Es uno de los rostros con más años vinculados a Mareo de manera ininterrumpida dentro de la estructura técnica actual del Sporting. Juan Luna Dembinsky (Gijón, 14-11-1977) suma 18 años, casi media vida, desde que apareciera por primera vez en la lista de técnicos del Campus de Mareo en el verano de 2002. Un camino que le ha llevado a hacer prácticamente de todo hasta entregarle ahora el mayor cargo de responsabilidad de su trayectoria deportiva, la de coordinador de las categorías inferiores del Sporting, mismo rol que venía desarrollando en la Escuela de Fútbol de Mareo, la otra rama del club que complementa a su estructura de base. Si en la Escuela prevalece la formación, la cantera del Sporting añade el ingrediente competitivo, algo que no es ajeno a este profesor del colegio La Asunción diplomado en Educación Física que posee el título regional (nivel II) de entrenador y para el que la educación y el deporte han ido siempre de la mano.
- Enhorabuena.
-¡Muchas gracias! Es una alegría poder afrontar este nuevo reto dentro del Sporting. Estoy muy contento por iniciar ya esta nueva etapa.
- ¿Qué supone ser el coordinador de las categorías inferiores del Sporting?
-En lo personal es un desafío. Llevo 18 años vinculado al Sporting desarrollando diferentes funciones en diferentes parcelas. Siempre he tenido la ilusión de aportar mi granito de arena en cada una de ellas y es la mentalidad que mantengo. Ahora toca hacerlo, además, en un momento de cambio. Estamos inmersos en un proceso de rediseño, de reimaginación. La llegada de Javi Rico y Noé Calleja ha abierto ventanas para que entre aire fresco intentando dar una nueva dimensión al trabajo en Mareo. Hay que aprovechar todo lo bueno que ya se hacía y tomar un nuevo impulso aportando nuevas ideas, que es donde voy a intentar sumar para definir qué queremos que sea el fútbol base en Mareo.
- ¿Qué puede aportar?
-Trabajo, experiencia e ilusión. Vengo de la educación, soy profesor. Llevo muchos años trabajando tanto en este ámbito como en el deporte, trabajando en la formación de niños y jóvenes. Mareo es eso mismo: formación deportiva y humana para que lleguen lo mejor preparados y lo más arriba posible.
- El contexto de la pandemia parece añadir miradas a la cantera...
-En los últimos tiempos hemos visto una mayor presencia de canteranos en el primer equipo y la llegada del nuevo director deportivo fue una declaración de intenciones en ese sentido durante su primera rueda de prensa, con una apuesta grande por Mareo. Desde el punto de vista del aficionado, es también importante. Cuando más identificación hay con el primer equipo es cuando más canteranos juegan. Hay que mirar a Mareo por necesidad, pero también por convicción. Para el sportinguista, cuantos más guajes de Mareo vean en el prao, mejor.
- ¿Cuándo y quién le ofrece el cargo?
-La posibilidad surgió en esta última semana. En un inicio no fue para ofrecerme un puesto en concreto, más bien para consultarme la disponibilidad de formar parte de la estructura de Mareo. En las últimas horas fue cuando se concretó el cargo. La persona que me lo comunicó desde un primer momento fue el director deportivo, Javi Rico.
- ¿Ha hablado con Miguel Ángel Álvarez, anterior coordinador?
-Anoche (por el martes) intercambiamos mensajes. La alegría de sumarme al organigrama de Mareo no es completa, porque no es agradable sustituir a un compañero que ha tenido conmigo un trato fantástico desde el primer día. Hemos compartido muchas etapas juntos, tanto en nuestras respectivas coordinaciones hasta hace poco, como anteriormente en el Campus de Mareo. Miguel es una persona de diez, no; de doce.
- ¿Cómo valora su etapa en la Escuela de Fútbol?
-Cierro esa etapa feliz por el impulso que se le ha dado a la Escuela y el excepcional grupo de entrenadores y educadores que la forman, que son quienes tienen el mérito de todo lo que se ha hecho, y también con pena porque se acaba.
- Junto a usted dan el salto al Sporting desde la Escuela de Mareo otros cuatro técnicos, número significativo.
-Sí. En concreto, Iván Dongil, Ayrton González, Kevin de León y Javi Calleja. Creo que su aparición en el nuevo organigrama supone el reconocimiento del club al trabajo que se ha venido desarrollando en la Escuela a lo largo de estos últimos años. El Sporting ha visto que merece la pena porque hay profesionales extraordinarios trabajando en ella y además pone de manifiesto que esta área puede ser no sólo cantera para captar nuevos jugadores, también para incorporar talento en cuanto a entrenadores. Todos ellos son grandísimos técnicos.
